Jueves 12 de julio de 2012
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El diccionario de la Lengua Española define la extinción como “hacer que se acabe del todo la vida”, es decir, el final de la existencia, sin retorno posible…el fin.
Y eso es lo que pasó con una tortuga, única en su especie, en las ecuatorianas Islas Galápagos, conocida como el “Solitario Jorge”
La gigantesca tortuga murió a fines del pasado mes de junio provocando tristeza general tanto entre los ecuatorianos como en el mundo entero especialmente entre aquellos que aman la naturaleza y la defienden.
Jorge era el último en el planeta Tierra de la especie Chelonoidis abingdoni y se cree que su muerte se produjo por razones naturales. Su edad calculada entre 100 y 150 años, le impidió tener descendencia con hembras de otras especies, pese a los esfuerzos de los biólogos a su cargo.
Ahora, el cuerpo de Jorge será embalsamado para que quede como testimonio de una especie que nunca más volverá a habitar nuestro mundo.
Esta noticia desapercibida en nuestro medio encierra un mensaje terrible para la humanidad, probablemente aún no dimensionado por nuestra sociedad y es que con la muerte del “Solitario Jorge” terminó, se acabó, se extinguió la vida de esta especie de tortugas y que la humanidad no podrá gozar nunca más de su presencia.
Fuente: LA PATRIA