Lunes 09 de julio de 2012
ver hoy
¡Quiero que me comprendas! Cuántas veces hemos tenido la necesidad de encontrar a alguien que escuche y comparta nuestros sentimientos e ideas en un encuentro determinado. Cuando nos sentimos comprendidos entramos en un estado de alivio, de tranquilidad y de paz interior. Pero ¿somos capaces de comprender a los demás?, de procurar dar algo más que un simple “sí, te comprendo”.
La comprensión es la actitud tolerante para encontrar como justificativos y naturales los actos o sentimientos de otro. Es en este momento que nos percatamos que la comprensión va más allá de “entender” los motivos y circunstancias que rodean a un hecho, es decir, no basta con saber qué pasa, es necesario dar algo más de nosotros mismos.
El ser tolerante no significa ser condescendientes con lo sucedido y hacer como si nada hubiera pasado, la tolerancia debe traducirse como la confianza que tenemos en los demás para que superen sus obstáculos.
El comprender no debe confundirse con un “sentirse igual” que los demás, esto puede suceder con las personas a quienes les tenemos cierta estima, pero ¿qué pasaría con quienes no tenemos un lazo afectivo? Es necesario enfatizar que la comprensión es, y debe ser, un producto de la razón, de pensar en los demás, “de ponerse en los zapatos del otro”, sin hacer diferencias entre las personas.