Ya era tiempo que los verdaderos responsables de encarar el desarrollo departamental coincidan en la necesidad de trabajar de manera conjunta en una “gestión coordinada para hacer realidad el desarrollo de Oruro”. La participación de representantes del sector fabril y del empresariado privado, pero además de la Brigada Parlamentaria, puede ser la tónica para encarar un verdadero trabajo dirigido a establecer las mejores condiciones para coordinar tareas que incentiven inversiones y permitan crear fuentes de empleo seguro y digno.
Las ideas de los trabajadores y empresarios son absolutamente compatibles, los primeros proponen atraer inversiones y los segundos sugieren establecer alianzas estratégicas, lo que responde a un sistema de mutua comprensión con fines comunes que permitan mejorar las condiciones actuales de nuestro distrito que marca una depresión económica significativa, justamente por falta de mecanismos que hagan posible el cumplimiento de leyes vigentes que deberían incentivar las inversiones y que no se cumplen por falta de un trabajo decidido y “agresivo” por parte de los parlamentarios que están obligados a trabajar por el crecimiento de la industria, el comercio y en general la economía departamental.
Se hay necesidad de actualizar algunas leyes esa labor debería ser emprendida sin pérdida de tiempo por la Brigada Parlamentaria, que además tiene la responsabilidad de proponer otros instrumentos legales que permitan el establecimiento de un verdadero Parque Industrial, donde se asienten nuevas factorías, que dinamicen el movimiento de capitales, de tecnología y lo más importante de fuentes de empleo. Sólo falta que algunos de nuestros dirigentes observen el desarrollo que en estos rubros alcanzó la joven ciudad de El Alto, justamente tomando como ejemplo el modelo de las leyes de incentivo creadas en Oruro, que como se observa no se aplican por falta de voluntad y decisión conjunta de los sectores comprometidos en el progreso de la región.
El tema de impuestos tiene relación con periodos definidos de incentivo a inversionistas, eso sucedió en Santa Cruz, Tarija, Cochabamba y El Alto, por tanto no será una excepción tramitar la vigencia jurisprudencial de normas tributarias favorables a quienes comprometan inversiones y pongan en marcha nuevas industrias para el crecimiento del distrito, el asunto es más capacidad, ingenio y voluntad de parlamentarios debidamente respaldados por los sectores involucrados en una misión del despegue real de nuestra economía.
Lo que tiene que hacerse en adelante es comprometer real y efectivamente a todos los sectores institucionales, cívicos y laborales sin excepción, las autoridades, la Brigada Parlamentaria, los asambleístas, los concejales de modo que el tema del desarrollo no sea simplemente una motivación coyuntural, sino una responsabilidad ineludible y de fiel cumplimiento bajo alternativas que tiene el soberano para sancionar a los incumplidos.
Hay que unir esfuerzos sin miramientos, sin exclusiones, sin pretextos que posterguen un abierto intercambio de ideas como las ya propuestas de atraer inversiones, de alentar alianzas estratégicas, de fomentar la creación de fuentes de empleo y actualizar las leyes orureñas para atraer capitales y evitar la migración de recursos financieros y humanos.
El asunto es coordinar la gestión en favor del desarrollo sostenible del departamento por encima de las minucias partidistas. Se trata de enfrentar la crisis y evitar que ciudades próximas absorban capitales que debemos recuperar para Oruro haciendo prevalecer nuestros proyectos como el Parque Industrial y el Puerto Seco.
Fuente: LA PATRIA
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