Jueves 05 de julio de 2012

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Cuando se gesta un niño, se acerca un alma proveniente del más allá. Y como todo es energía y cosas iguales se atraen, los futuros padres atraerán a un alma que en su vibración concuerde con ellos.
Eso significa que el niño y los padres tienen algo que purificar juntos; por eso los padres tienen una gran responsabilidad. Ellos han de saber que han atraído a un hijo que concuerda con sus genes y que en existencias anteriores hayan sentado juntos causas que ahora de forma kármica los encadenan. Pero estas cadenas las pueden deshacer juntos ahora en esta vida.
Tan pronto como esto sucede, el hijo sigue en determinadas circunstancias su propio camino.
Los implicados se reúnen por consiguiente primero en una familia, para ordenar algunas cosas, para liberarse de esa culpa, para limpiar su alma de acuerdo con la enseñanza de la vida y para continuar cada uno por sí mismo, lo antes posible y libremente en el camino hacia el verdadero Hogar.
Nos volvemos a encontrar ahora para aprovechar la oportunidad de acabar con tareas pendientes de encarnaciones anteriores, ¿cómo? tomando en serio a nuestros semejantes, escuchándonos y perdonándonos recíprocamente.