Una vez más aparece en la palestra pública el tema relacionado a los símbolos orureños a raíz de una convocatoria de asambleístas del distrito a historiadores departamentales, para que una vez más se analice la posibilidad de modificar nuestro escudo, el himno y también la bandera rojo carmesí, es decir buscar cambios en nuestra gloriosa historia.
Son repetidas veces que se han formulado planteamientos parecidos y en varias instancias las mismas que luego de largos debates, en algunos casos con tinte más político que histórico, se pretendió cambiar la estructura de los símbolos que fueron creados en honor al valor de patriotas que defendieron nuestro territorio, que impulsaron su crecimiento y que nos legaron un nombre de todo lo que nos sentimos orgullosos.
En todos los años transcurridos desde la creación de nuestros símbolos, en Oruro no se habló de modificar los mismos, hasta que aparecieron ciertos “estudiosos” interesados en hacer cambios en todo lo que puedan con la única justificación de hacer “cambios en todo lo que se pueda”, sin mayores razones que algunos argumentos producto de la visión comunitaria que se siente aislada en el contexto representativo, especialmente del escudo, donde se sugieren añadidos especiales como la planta de quinua que podría tener un lugar especial sin alterar el conjunto representativo de lo que es nuestro.
El caso del himno tiene otras connotaciones muy peculiares en función al rechazo particular de nuestro gobernante contra los españoles y en esa representatividad Cristóbal Colón al descubrir América, que por supuesto no es reconocido en tal alternativa, bajo el ideario imperante de los líderes nativos a quienes no se los menciona en la épica canción orureña, generando un factor supuestamente discriminatorio.
Y si de España se rechaza su dominio por tantísimos años, hay algo que evidentemente tiene su resistencia en ciertos niveles de la comunidad orureña y es que la bandera departamental que según el destacado historiador Alfonso Gamarra fue blanca como la que enarbolaban los patriotas criollos y que después de algunos años tuvo un añadido de una franja celeste, se descartó por falta de disposiciones oportunas para su uso como emblema orureño y se reemplazó por el rojo carmesí, que es parte de la creación de Oruro cuando Manuel de Castro y Padilla por orden de su Rey fundó la Real Villa de San Felipe de Austria, hundiendo en la plaza mayor el mástil con la enseña rojo carmesí.
Una comisión de historiadores trabajarán en el análisis de nuestros símbolos y la posibilidad de efectuar cambios en los mismos, hecho que naturalmente deberá confluir hacia un referéndum departamental, pues en cualquier caso no se trata de cambios estéticos en proyectos publicitarios o en bosquejos de tipo artístico, o en versos de nueva inspiración, se trata de la identidad orureña, en su escudo y su himno, puede ser controversial la bandera, pero habrá que remitirse a la historia y a los justificativos de su creación.
En todo caso, ya se han expresado criterios muy firmes sobre este delicado asunto, descartando la modificación de nuestros símbolos, aunque no está cerrada la opción de algún añadido estético y debidamente justificado en el escudo departamental.
Fuente: LA PATRIA
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