Hay que recordar que la Terminal de Buses en Oruro fue en su tiempo la primera y más moderna del país, respondiendo a un proyecto que entonces fue elaborado y ejecutado por la Corporación de Desarrollo de Oruro, (Cordeor), convirtiéndose en una estructura que permitió mostrar un verdadero adelanto en materia de recepción y despacho de las denominadas “flotas” de pasajeros con procedencia o destinos diversos del país.
La estructura de ingeniería civil de ese tiempo dio un toque de modernismo a la capital orureña y la habilitación de la Terminal de Buses como tal y los servicios de un moderno hotel que configuran hasta el presente un paso significativo y de mucha visión en modernizar los servicios del transporte interdepartamental, que hasta entonces se cumplía en una avenida de la ciudad frente a la estación ferroviaria y en otras calles próximas para servicios interprovinciales.
Con la inauguración de su terminal y su hotel, nuestra ciudad mostraba con mucho orgullo un claro y significativo avance en materia de ordenamiento urbano y de imagen ante visitantes extranjeros y nacionales, lo que sirvió también para mostrar a la ciudad Capital del Folklore de Bolivia como una de las mejor equipadas para enfrentar la competencia del turismo receptivo y de manera especial en tiempo de carnavales.
La estructura de la terminal que inicialmente resultaba muy cómoda para atender los servicios de menos de una decena de empresas de transporte de pasajeros fue achicando sus espacios en su plataforma de estacionamiento y lo mismo en un piso superior donde debieron habilitarse más mostradores de servicio en función del crecimiento de la demanda y la oferta del sector empresarial del transporte.
Las otras ciudades fueron modelando sus terminales y habilitándolas de manera paulatina, siguiendo el ejemplo que dio Oruro, empero con una marcada diferencia en lo que corresponde al sistema de recaudación económica para su sostenimiento a través del cobro denominado “derecho de terminal” que en todas las ciudades se paga inexcusablemente antes de partir a cualquier destino, menos en la de Oruro, donde más del 50 por ciento de los pasajeros embarcan en la calle evadiendo el “derecho de terminal” y creando un verdadero problema en la obtención de recursos para su sostenimiento.
No se trata de buscar justificativos a una situación realmente crítica en lo que corresponde a la suerte de la Terminal de Buses de Oruro, sin embargo, es muy necesario que se examinen las causas que han determinado la actual situación de la terminal como tal, que necesita de una inyección financiera para mejorar su estructura, pero sobre todo de disposiciones legales que eviten la evasión del “derecho de terminal” que resulta el ingreso más importante por la cantidad de pasajeros que se embarcan en esos predios y que deberían estar obligados al pago respectivo como sucede en otras ciudades, donde no es posible eludir esa obligación que permite un mantenimiento regular y mejoras necesarias en los ambientes destinados a las operaciones de embarque y llegada de pasajeros y un inusitado movimiento de equipaje y correspondencia.
La solución que se esgrime en la actualidad con un pedido de “nacionalización” entra en el conjunto de ciertas medidas que tienen un tinte sectario y que por supuesto alteran las opciones que deberían ser estructuradas técnica y financieramente para solucionar todos los problemas que existen actualmente y que subsistirán con nuevo patrón, si no se modifica su sistema administrativo.
Fuente: LA PATRIA
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