Domingo 01 de julio de 2012
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Editorial y opiniones
¿Es o no es verdad?
Los conflictos no terminaron
01 jul 2012
Por: José Gramunt de Moragas, S.J.
Yo no recomendaría que, una vez pasadas las amargas jornadas de junio, algunos se imaginaran que llegaron los días de paz y tranquilidad. Hay que ser realista y admitir que el conflicto, como perversa institución fomentada por ideologías desmadradas, el conflicto, digo, es el estado artificioso de quienes parecen ignorar que el poder político es para servir a la paz y el bienestar común, y no para buscar aplausos a fuerza y de agitar pasiones colectivas. El conflicto provocado tal vez sirva para ganar votos en una sociedad políticamente subdesarrollada. Sólo sirve para hacer rebrotar los peores instintos y resulta negativo para el progreso laborioso y pacífico de la nación.
Así que, nada de soñar con angelitos. Todavía quedan por resolver muchos problemas. Los que la condición humana crea por sí misma y los que provoca la incapacidad gubernamental para negociar “como gente”. Pongamos por caso la novena marcha del Tipnis. Los marchistas de las tierras bajas, a quienes el Sr. Presidente no accede a recibir en la Plaza Murillo, patrimonio exclusivo e intransferible de Don Evo Morales y de sus relampagueantes vehículos de seguridad. Los Colorados de Bolivia son un simple adorno, como los soldaditos de plomo con los que jugábamos a guerras en nuestra infancia. En vista de la displicencia de Sr. Presidente, el dirigente originario Rafael Quispe ha aplicado a Don Evo igual desdén cuando dijo: “No importa si nos reunimos con el barrendero (de Palacio), pero que tenga poder de decisión”.