Viernes 29 de junio de 2012

ver hoy































































Si hay algo que no debería repetirse, es que la población quede en total desamparo con ausencia total de policías en el cumplimiento de sus labores y, además, los guardianes del orden haciendo uso de las mismas “armas sociales” que casi rutinariamente combaten en las calles de las ciudades y con mayor frecuencia en la sede de gobierno.
Grandes movimientos sociales que alteran el orden público, posiciones casi siempre intransigentes que acaban en confrontación de partes, acción obligada de los policías para frenar el reclamo de manifestantes que generalmente plantean mejores salarios para vivir en mejores condiciones u otras injusticias vigentes que alteran los ánimos de quienes no reciben oportuna atención del Gobierno a sus demandas comunitarias, es una imagen casi cotidiana.
La variante en el movimiento policial marcó la diferencia pues no había ningún tipo de represión directa, salvo las duras frases de algunos dignatarios de Estado que criticaron duramente a los efectivos policiales amotinados, hasta denunciar un intento golpista alentado por opositores.
Lo que se observó fue muy claro por lo menos en La Paz, los amotinados pasearon por la Plaza Principal y por puerta del Palacio Quemado, casi desguarnecido por falta de uniformados del verde olivo debidamente pertrechados para enfrentar a las turbas, que en este caso y seguramente en las primeras escaramuzas que tomaron de sorpresa a la eventual guardia del Palacio hubiesen llegado hasta el despacho presidencial si se lo proponían y si ese era su objetivo… pero los hechos mostraron que todo lo ocurrido tenía el objetivo de lograr un incremento salarial que esté en el nivel de lo que perciben en las Fuerzas Armadas.
Fuente: LA PATRIA