Desde el llano oriental, donde braman las aguas junto a las macizas catedrales de árboles milenarios, se encuentran los marchistas de la IX caminata para defender la sagrada vida en las puertas andinas de la tierra del grande Murillo. Los pueblos son sabios, cerebrales, con los dirigentes casuales o permanentes que los acaudillan, jamás se equivocan y, por esas razones para que, no los "vinculen con los imaginarios o reales golpeadores", se parapetan en las faldas de la Cumbre que divide el oriente con el occidente del país.
No se requiere inteligencia, para entender a esas gentes que, desde las temperaturas más elevadas hasta las más bajas, caminaron las tierras bolivianas y los cielos patrios para defender lo que ellos, comprenden la unión entre espíritu de la selva y el cuerpo que anida el presente y el futuro de la tierra. La tierra se está muriendo, agoniza y los signos son inequívocos para todas las personas normales.
Ante este acontecimiento que no ha movido los sentimientos gubernamentales de un régimen que se dice ante sí y para sí, como indigenista la respuesta llena de coraje e inteligencia es, nos quedamos en las faldas para que, no se querellen contra nosotros con el imaginario golpista.
Y, aquí señores, sale nuevamente la historia acuñada por las dictaduras, en particular del banzerismo: "los malos bolivianos." Todos los críticos, prensa, oral, televisiva, policías amotinados, opositores que tienen que haber en los regímenes democráticos, junto a todo lo que no vea o se sienta como masista son y somos malos bolivianos. Y, distinguidos señores, ¿donde están los buenos que todo hacen mal? ¿Dónde? ¿Por qué tanta dilación en solucionar los problemas? Todas las dificultades que enfrenta el Gobierno son normales en Bolivia, lo anormal es, que no se da una solución y se soslaya con el remoquete de golpistas, la derecha; a los EE.UU., las ONG que otrora apoyaron al Presidente don Evo Morales A, saliendo de las mismas ministros para el presente gabinete.
Deseamos que, nos muestren entre las caritas de los que fueron mis alumnos de la Escuela Básica Policial (1) un solo rostro derechista o complotador. Esas figuras más indias que las mías, son personas que viven en la miseria, con almuerzos de harina, con el nombre de fideos en sus regimientos. Con colchones de indigentes, con botas adquiridas por ellos mismos, al igual que sus pistolas de reglamento.
Esos varones y mujeres, están en las calles de pie, ante el frío y el sol que quema o agobia en los días de invierno y verano.
¿Cuál golpe? El golpe señores del Gobierno es, del hambre y el frío, el golpe es, de la indiferencia, obcecación ante los reclamos que se los podrían conjurar antes que se produjeran. Tampoco nos digan que los paceños, que los recibirán el día de mañana, son golpeadores o complotadores; la solidaridad no precisamente es, oposición o golpismo.
Por otro lado, se hubiese evitado muertes, resfríos, desgracias en la IX Marcha, y el mismo apoyo ciudadano; si hubiere habido misericordia en el gobierno. Esa falta de misericordia unida a la soberbia ha provocado la reacción del ciudadano a pie, de las verdaderas organizaciones que sienten necesidades que naturalmente en el poder no se sienten.
Los golpistas, golpeadores están el Gobierno con distintos nombres, desde la indolencias hasta la más recalcitrante mentira gubernista.
Final: Bienvenidos hombres de las tierras cálidas, de las sabanas que nos acogen a los kollas, sin discriminarnos, dándonos la mano hermana sin alarde o propaganda oficial.
(*) Escritor
Referencias:
(1) El autor fue catedrático de Derechos Humanos en la Escuela Básica Policial, ganado por concurso de méritos.
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