Miercoles 27 de junio de 2012
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Lo mestizo en la figura del Censo 2012 está cuestionado a partir de una pregunta simple, pero tendenciosa: “¿A qué figura se adscribe usted?” Sabido es que la Humanidad construyó el mestizaje a partir de su propio nacimiento, cuando las primeras civilizaciones se encontraron en escenarios diversos desde África y en su reencuentro por variados territorios. Y la primera pregunta que surge a partir de un censo irregular, se debió realizar hace dos años, es: ¿Por qué se facilita la división? La presidenta del Senado, Gabriela Montaño, con nombre judío, dice que lo mestizo es racista y colonial, pero hagamos un esfuerzo de definición. El término (o categoría), algo muy razonable en su epistemología, indígena es colonial, adoptado gracias a Colón quien creyendo llegar a la India denominó a lo que hoy es América como Indias y a sus habitantes como indios.
Y lo de “originarios” es especial y tramposo porque define una particularidad y alcanza a unos seres cubiertos de mística no demostrada. Ningún pueblo podría probar tal singularidad, ni siquiera los vikingos, tan maestros en su conquista del mundo. Según la Academia de la Lengua Española, a la que estamos adscritos para mal o peor, racismo es la “exacerbación del sentido racial de un grupo étnico, especialmente cuando convive con otro u otros”. En realidad, el MAS está apostando a la tragedia visualizada en la recreación de una nueva clase oligárquica sustentada por una clase media no pensante. Desea, no piensa, hacer posible un grupo sumiso a sus ideales ratificados en la idea de que todo es posible, hasta lo inconcebible hecho política. Evo habló de una nueva clase media, la que se prostituye a partir de sectores negociantes de El Alto, pero principalmente de los cocaleros del Chapare y Yungas y de los cooperativistas sin definición política.
