Martes 26 de junio de 2012
ver hoy
Es el valor que nos ayuda a controlar los impulsos de nuestro carácter y la tendencia a la comodidad mediante la voluntad. Nos estimula a afrontar con serenidad los contratiempos y a tener paciencia y comprensión en las relaciones personales.
El autodominio nos ayuda a reconocer los distintos aspectos de nuestra personalidad y nuestra fuerza de reaccionar ante determinadas circunstancias. Debemos cambiar nuestras disposiciones en sentido positivo. Este cambio no es sencillo, requiere atención y esfuerzo para anticipar nuestras reacciones, lo cual significa remar contracorriente para corregir este mal hábito.
El autodominio también ayuda a ser más sencillos, hombres y mujeres de acción y no de palabras inútiles. En la familia, este valor es indispensable para la sana convivencia, pues implica aprender a tolerar y pasar por alto las pequeñas fricciones cotidianas. No se trata de desentenderse, sino de dar ejemplo de serenidad, comprensión y cariño.
En el contexto de las relaciones personales, el autodominio nos impulsa a ser discretos y maduros para evitar la murmuración, la crítica y la difamación de los demás por cualquier situación que es incompatible con nuestra forma de pensar.