Domingo 17 de junio de 2012
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En los últimos días las manifestaciones protagonizadas por trabajadores mineros, en protesta contra autoridades gubernamentales, se han convertido en un peligroso elemento que pone en riesgo la seguridad de las personas y además han ocasionado daño en la propiedad privada y pública, con una serie de perjuicios para propietarios o inquilinos de inmuebles que nada tienen que ver con los problemas pero que lamentablemente están ubicados en la ruta tradicional de las marchas.
Es censurable la posición de los manifestantes mineros que hacen abusivo uso de dinamitas en la vía pública, como si se tratase de campo abierto donde todo es posible en una batalla, en estos casos de las marchas, el peligro radica en las consecuencias de las explosiones cuando las ondas expansivas estremecen los inmuebles y destrozan los vidrios de ventanales hacia la calle e inclusive de otros que se encuentran al interior de las viviendas o tal situación puede causar lamentables accidentes en niños, jóvenes o adultos, añadiendo daños en equipos o enseres domésticos.
La profusión del uso de petardos ya es demasiada molestia para la comunidad, es un flagrante atentado contra los derechos ciudadanos, repetimos es un latente peligro para la salud de las personas, especialmente por el daño que el estruendo causa en los tímpanos de transeúntes y hasta de las personas que están en el interior de sus domicilios.
Fuente: LA PATRIA
