De la trinchera a la cancha de fútbol a morir por la gloria

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Una vieja y arrugada pelota de fútbol obligaba a un alto en la encarnizada batalla y a salir de las trincheras a los soldados, sin duda era uno de los momentos más alegres durante la Guerra del Chaco (1932-1935) que enfrentó a Bolivia y Paraguay. Los soldados se despojaban de sus armas, amarraban sus “chocolateras” (botas de la época) o sujetaban sus abarcas y corrían tras la ilusión de un gol tempranero o una digna derrota.

En el medio del rugir de cañones, el intenso tableteo de las ametralladores, o el sin fin de los bombardeos aéreos, la jornada de lucha se detenía, para dejar que las emociones y la destreza en el manejo de la pelota de cuero se muestren en el Chaco.

De aquellos soldados cansados por la batalla emergían grandes jugadores de fútbol, había que preguntar de dónde habían salido, cómo dominaban la pelota, los "chatos" o más pequeños siempre se destacaban.

Fueron jornadas memorables que se vivieron en las cadentes arenas del Chaco y el grito de un gol que salía de gargantas secas rompía el ruido de la guerra. Hubiera sido mejor y menos doloroso jugar un "picadito" de fútbol con el enemigo antes de enfrentarse a muerte o enterrar a muchos jóvenes en tumbas que aún hasta ahora permanecen anónimas.

En casi todos los libros de historia sobre la Guerra del Chaco siempre se menciona a futbolistas del afamado club The Strongest.

Durante la Guerra del Chaco los jugadores, cuerpo técnico y dirigentes del The Strongest se enlistaron en las filas del Ejército boliviano para defender el suelo patrio, producto de dicha actuación que supera el ámbito netamente deportivo, se dio lugar a la famosa batalla de Cañada Strongest, lugar bautizado así en memoria de los combatientes stronguistas.

Mientras algún aficionado cargue consigo una pelota, en cualquier lugar se jugará un partido de fútbol. Así ocurrió en la Guerra del Chaco, se jugaba con la vista puesta en la cancha y los oídos atentos al enemigo.

Un escritor o cronista deportivo denominado Chasqui dejó escrito los sucesos futbolísticos en la Guerra del Chaco, atinado legado que nos traslada imaginariamente a la cancha más humilde del infierno verde, donde habían espectadores de lujo que apoyaban a sus jugadores salidos de Oruro, La Paz, Cochabamba, Santa Cruz, Potosí, Beni, Tarija, Sucre y Pando.

Eran clásicos nacionales, batallas de deportistas que morían en un grito de gol y un abrazo de esperanza.

MATCH DE FÚTBOL EN FORTÍN SAAVEDRA: "REGIMIENTO LANZA" VS "16 DE INFANTERÍA"

Era comienzo del año 33, el estado de optimismo reinaba en nuestras tropas. Este estado de confianza, de fe en el éxito final, se trasunta claramente en diversas formas, entre ellas, las relacionadas con las prácticas deportivas, que necesariamente, requieren de una gran tranquilidad de espíritu, y la mente escasa de preocupaciones que pudiera desfavorecerla.

Es así como, cuando los gloriosos Regimientos "Lanza 5 de Caballería" y "16 de Infantería" gozaban de un corto pero merecido descanso en el Fortín Saavedra, y el Comando Superior del Ejército, obsequió a ambas unidades hermosas pelotas de fútbol, para que se distrajeran en sus ratos de ocio.

A la iniciativa de algunos animosos muchachos componentes de ambos regimientos se concertó un partido en el que participaron los "once" de las dos unidades. La expectativa que reinó por el encuentro, indudablemente fue intensa y alrededor de la improvisada cancha se reunieron todos los habitantes del Fortín.

A órdenes del referee (árbitro) Mario Alborta, se jugó el interesante match (partido) que terminó después de nutridos ataques y esforzada defensa, por ambas partes con una honrosa división de honores a dos goles por bando. La emulación sensata que existe dentro de las unidades de nuestro ejército por cumplir la mejor misión encomendada, también ha existido en las lides deportivas, de allí que el encuentro de referencia, se notará un afán de superación digno de los muchachos, soldados y sportmans.

SUBTENIENTE CARLOS SALLES GUERRA

Meses después dolorosamente los soldados se vieron impresionados en nuestras líneas por la desaparición de uno de nuestros más viejos y conocidos deportistas: el señor Carlos Salles Guerra.

La prematura muerte de este sportman, socio de The Strongest, ha enlutado a la entidad gualdinegra, donde dejara los más caros recuerdos por la labor altamente caballerosa cumplida en el seno de esa institución deportiva.

Ha caído el 29 de agosto, en las batallas libradas en el sector Bullo, y como heroico fue su comportamiento que le valió su ascenso a Subteniente de línea, heroica fue su muerte, resumen de lo que el soldado boliviano hizo en la guerra. Han quedado sus preciados restos, allí en el Chaco, pero ha dejado en la memoria de sus colegas en recuerdo de las virtudes que en vida adornaron a éste gentil amigo.

El deporte contribuye a la guerra, con la noble caballerosidad que es atributo de las instituciones deportivas. Se suma uno más a la lista de los "caballeros deportistas" que inmolaron la vida en aras de un ideal sublime, de un ideal supremo: la defensa de la sagrada Patria. El destino así lo dispuso. Fueron sentidas las condolencias de pesar a su dolorida familia, y en la persona del señor Víctor Salles Guerra, Presidente de The Strongest.

EL DEPORTE Y LA GUERRA

Este cronista deportivo, conocido bajo el nombre de Chalo. Y que fuera en anterior ocasión Director de "Los Deportes", ha enumerado una serie de artículos de bastante interés por tratar en ellos del momento guerrero, durante su actuación en el campo de batalla, y del que ha sido evacuado, en atención a sus heridas.

Un programa bufo deportivo en Ballivián, conmemorando un acontecimiento íntimo dentro de la vida de Fortín, los componentes de la Maestranza y del Comando de Etapas, resolvieron la ejecución de un interesante programa deportivo, que como era de esperar alcanzó los contornos de un verdadero acontecimiento.

Se realizaron carreras de "encostalados", "palo encebado", sorpresas de diversas clases, terminando el interesante y novedoso programa con un match de fútbol, entre los equipos representativos de Maestranza y Etapas.

El match, lleno de interés, terminó con el triunfo del equipo de Maestranza, que se adjudicó la victoria por 3 goles a 2 de sus adversarios.

Así se disputaban los partidos de fútbol en el Chaco, los soldados bolivianos luego de correr por la empolvada cancha de fútbol, saciaban su sed con un sorbo de gloria, para luego volver a las trincheras, no sin antes guardar la pelota en un lugar seguro de las balas enemigas.

El 14 de junio de 2012, se recuerdan 77 años del cese de hostilidades de la Guerra del Chaco, muchos jóvenes bolivianos jamás regresaron a casa, quedaron sepultados en una tumba anónima bajo una cancha de fútbol.

Fuente: LA PATRIA