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La Guerra del Chaco - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
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Jueves 14 de junio de 2012

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Fortín de la Patria

La Guerra del Chaco

14 jun 2012

Fuente: LA PATRIA

Por: Marlene Durán Zuleta Licenciada en Comunicación Social .Poeta, Escritora y Compositora

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Esta lamentable escaramuza minó la vida de miles de hombres del campo y la ciudad, provocado en el siglo XX, los que sobrevivieron de ambos bandos narraron los trágicos sucesos. Los fraudes son una evidencia, nuestro país no consideró la oscura experiencia de la Guerra del Pacífico. Cuando se procedió a examinar que nos adeudaban centavos y debían aumentar céntimos, se nos declaró una injusta ofensiva.

Pasó el tiempo y la amnesia del Estado, no revisó que cualquier convenio debía y tenía que procederse con cautela, para no volver a caer en la irracionalidad. Es fácil modificar los compromisos con ligeras salidas, exacerbar el instante y poner de escudos humanos a hombres apacibles, convocados para defender a la Patria, cuando en realidad son los que más perdieron, precisamente por ser humildes y con escasa formación de doctrina.

Los guerreros de la Patria, después de retornar de las trincheras de la contienda bélica, fieles defensores del legado que la Providencia nos ha concedido, legítimamente sentaron denuncia, en derecho les correspondía.

Sin embargo, algunos autores han prolongado la vanguardia y sus obras se han dispersado por todas las líneas que une nuestro país, otros optaron por publicar sus escritos en escaso número, lamentablemente no llegaron a la mayoría de los lectores. Esta historia narrada con dolor, por estos enfrentamientos debería ser de conocimiento de todos los alumnos, desde el nivel primario para conocer la postura de Chile y Paraguay.

Las crónicas han extendido los trazos infinitamente sinceros, con un amor desmedido por Bolivia, se ha defendido a través de las letras todas las ansias de los que han estado en el campo de batalla, descrito crudamente de la tierra arenosa e inhóspita, los pajonales que han servido como refugio para esconderse del enemigo.

Masamaclay, de Roberto Querejazu Calvo, es la historia escrita imparcialmente por el autor. Como guerrero de la Patria, haber participado en la contienda junto a sus tres hermanos, permite conocer la “Historia Política, Diplomática y Militar de la Guerra del Chaco”.

En el prólogo de Masamaclay, reza un adagio de Cicerón: “Historiador es el que no se atreve a decir, una mentira ni teme expresar la verdad”, con ese propósito todos los capítulos describen una intolerancia total hacia el soldado paraguayo. Cuando el número de soldados subestimaba a los nuestros, irresponsablemente al ser trasladados para retomar el Boquerón, la ingenuidad marcó límite al ser emboscados por los paraguayos.

La historia nos recuerda a la Laguna Pitiantuta llamada por el ejército paraguayo, que llegó antes para ocupar ese embalse y Laguna Chuquisaca denominada por el mayor Oscar Moscoso de las Fuerzas Armadas Bolivianas, junto a una escasa tropa hizo que huyera el enemigo, sin embargo, la permanencia fue breve, siendo reconquistada por una cantidad apreciable de soldados paraguayos, después de un corto combate.

Boquerón fue duramente resistido, lamentablemente nuestros soldados no solo sacrificaron su vida en la batalla, la penuria del hambre y sed fue un factor decisivo para la derrota. El número de soldados subestimaba a los nuestros, al ser trasladados para retomar Boquerón, la ingenuidad marcó límite fueron emboscados por el enemigo.

La reacción de los paraguayos al tener en calidad de prisioneros a los soldados bolivianos, fue admirar el coraje y la fortaleza que tenían. No fue suficiente la consideración, continuaron los duros ataques de la Batalla de Kilómetro Siete y fue exactamente en ese espacio que el capitán Rafael Pabón, derribó un avión enemigo.

El enfrentamiento se fue extendiendo, ante la impotencia de los habitantes que lanzaban epítetos contra los guaraníes. Los soldados bolivianos en un instante crucial lograron evadir su presencia y acorralaron al contendiente, que no tuvo otro plano que huir, una división boliviana se adueñó de Alihuatá, y el Kilómetro Siete otra vez ponía en evidencia, la permanencia de haber superado una nueva prueba, siendo vencedor en dicha acometida.

La estrategia del general Hans Kundt, en la Batalla de Nanawa, no logró sus objetivos, el teniente coronel Estigarribia logró aumentar el número de soldados ante el coraje de los bolivianos, que seguían firmes en el ataque. No cesaban de disparar, un nuevo desafío activó la agresividad y se perdió 2.000 soldados tanto muertos como heridos.

Cañada Strongest, fue determinante para hacer retroceder al rival, hubo desigualdad, pero el comando fue legítimo en su postura y logró que el Paraguay perdiera una cantidad apreciable en muertos, heridos y 1.600 prisioneros.

El ejército paraguayo en su afán de avanzar belicosamente, logró camuflarse hasta llegar a los fortines de Villazón, Picuiba y Carandaití. El aliento de los soldados bolivianos a través del cuerpo de caballería representado por el coronel David Toro, tuvo señales y logró desbaratar para volver a posesionarse de estos suelos.

El Fortín de Picuiba fue tomado por asalto, al igual que El Carmen, con la estrategia de los paraguayos, cortar el líquido elemento, ante dicha técnica cobarde y canalla, los soldados bolivianos con enormes pérdidas humanas se retiraron como signo de abandono.

Ese desenlace por la pérdida de El Carmen, provocó el inmediato alejamiento del Presidente Daniel Salamanca, sustituyendo ese rango con el vicepresidente Luis Tejada Sorzano.

Antes de poner alto al fuego simultáneo de bolivianos y paraguayos, nuestro ejército defendió Villa Montes y Charagua, e hizo retroceder al adversario. Ese ruido infernal, dañino e insoportable, descalificado por el teniendo coronel Manuel Marzana, obligado por las circunstancias, ameritó a enviar una misiva al Estado Mayor paraguayo el 19 de agosto de 1934: “Una vez más me veo obligado a denunciar ante su autoridad varios hechos que se han producido últimamente… Desde hace cuatro meses aproximadamente, los prisioneros venimos siendo hostilizados con verdadera saña y odio por las fuerzas que nos custodian… A partir de los primeros días del mes de mayo del presente año (5 de mayo), ya veníamos dándonos cuenta de que a los oficiales prisioneros en Campo Grande se los sometía a una cantidad de privaciones, aparte de que anteriormente se cometieron con algunos de ellos un sinnúmero de vejámenes y actos violentos (golpes de puño, látigo, cuchillo y palo)…No hace mucho que en el acantonamiento de jefes un soldado paraguayo descargó golpes de machete en la cabeza del mayor Arias, por no hacer entendido o interpretado éste las señas o ademanes que le hiciera el soldado de referencia. .. Se impuso arresto riguroso a todos los oficiales de Campo Grande en los galpones…Otros oficiales, introducidos en una habitación, fueron apaleados; otros quedaron encerrados en letrinas. Hubo asimismo prohibición absoluta de mantener correspondencia epistolar y telegráfica por un lapso de tres meses. Qué decir de la falta de alimentación que produjo dos muertos y setenta casos de enfermedad? …igualmente privación de agua para aseo personal (durante tres meses no se les permitió bañarse)…”

Hemos meditado sobre esta batalla, que ha dejado una vez más en nuestra historia, la voz quebrantada de hombres prisioneros, mutilados, muertos. No se puede olvidar las pérdidas humanas que han desbordado toda la memoria. No podemos ignorar a quien irónicamente era el mediador, el neutral en busca de la paz, Carlos Saavedra Lamas, de nacionalidad argentina de apariencia incondicional en las decisiones, sólo buscó su interés, como suele ocurrir cuando existe un desafío.

Está escrito en el libro de la vida y de las hojas de papel, recordándonos que hemos perdido 50.000 vidas humanas, no podemos olvidar al soldado que se perdió en las arenas calientes del Chaco, todo por la Patria.

De nuevo, en este manifiesto, mi pensamiento sincero por esos guerreros algunos niños, jóvenes y adultos que intervinieron contra el enemigo en desigualdad de condiciones. El sol del Chaco, fuego natural los sometió hasta torturarlos, el agua hacia falta. Una sincera reverencia para los SOLDADOS DE LA GUERRA DEL CHACO.

Bibliografía

Querejazu Calvo Roberto. Masamaclay. Cuarta edición ampliada 1981. Impresores: Editorial Canelas S.A. Cochabamba.

Fuente: LA PATRIA
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