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Invitado


Domingo 10 de junio de 2012

Portada Principal
Cultural El Duende

René Antezana

10 jun 2012

Fuente: LA PATRIA

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El puma

El altiplano es mi bálsamo y mi lejanía

aquí algo me desata y convoca

aquí llego, aquí estoy, aquí comienzo

abro el día y me interno en la noche

abro la noche y el día es un tajo en el horizonte

En mi sombra veo el agua clara

y en el espejo contemplo la rectangular sombra

esa puerta entre el día y la noche entre el estoy me fui llegaré

y yendo entiendo que estoy viniendo

Estar lejos y cerca son la misma cosa

en mis manos lo claro tiene sombras

la ilusión que veo en lo que no veo

aquí me tienes, postrado y esperando

nada sucederá en la ventana sino mi cuerpo

que ingresará en la bocanada de la noche

como quien regresa al espejo

Muerto de espanto y de insomnio

o vivo que vigilias que han cruzado el día

donde los seres me atraviesan y ya no me llaman

animal de caza herido por la penumbra

Poema para Fernando Pessoa

Aquí soy el otro

–o los otros–

Mesa a la que asisten

almas despojadas de sus nombres.

Aquí no soy

y soy

abro el instante

–como una puerta–

y me divido.

En fin

¿hay alguien en mí?

Cáscara y plaza

soy el centro de una mesa gregaria

y terrible

soy el mar que una tarde gris

me dejó una sombra húmeda

soy la avenida sin nadie

conmigo vacío

soy el espejo de la casa que roto

tiene en sus pedazos

ojos que miran

el mundo que se fue.

Mi soledad es otra vez

jamás estar solo.

Recetas de cocina para mis amigos poetas

Una hoguera, un pedazo de cielo y noche

una pizca de palabras vagabundas

dos o tres papeles que simulen sábanas fogosas

varios litros de ardiente agua emancipada

algo de rumor y mucho de silencio

otro mucho fervor con otro mucho pecado

fronteras derrumbadas al gusto

amor de amar en sombra sorprendida

tres distancias de penumbra

una cercanía inmensa, pero que quepe

Varios infiernos por si acaso

abismos revueltos en puentes irreverentes

cuerpos imaginados o si se quiere

desnudas sombras arrimadas a un corazón

revolver como un revólver

en el recipiente de una boca iluminada

esperar que calle

y al escuchar más silencio que silencio

probar cada palabra con el límite de la lengua

añadirle sombra

y buscar una página virgen

o ninfómana, si se prefiere

Dejar que el aire se ocupe de traer a los amigos

repartir el agua ardiente

encender la hoguera

Es costumbre derrumbar noches

cuando el poema está servido

Declaración de amor

Tú, frente a mí, desnuda como el aire

te acercas en el hálito que me falta

y te amo como quien bebe tragos breves

primero de palabras luego de silencios

en parcelas de un territorio desconocido y deseado

pues así, eliminas mi espanto

Entonces, ya viento, corres inasible

corres sin tregua por fuera y dentro

te concentras y te expandes

ya en mis pulmones ya en mis venas

ya en mi vida

en esta orilla que late y clama

porque eres aire desnudo

eres cielo de mi sangre

El amor, Amor, es un silencio entre dos

porque entre dos el ave es vuelo

y entre dos se mueren las palabras

palabras abatidas entre las sábanas

hojas blancas sobre los cuerpos inscritos

hojas devueltas al árbol y al fruto

a la raíz

al rumor de la tierra vuelta a ser tierra

pan de la cópula final

Ahí comienzo y ahí termino

te amo en un río frecuente como los días

y nada en mí es sin tus orillas besadas

besadas en un beso, en un solo beso

porque el amor, Amor, es un beso entre dos orillas

Fuente: LA PATRIA
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