Adán Rioja: Más de medio siglo de vida consagrado a la educación
10 jun 2012
Fuente: La Habana, 9 (EFE).-
Por: Mónica Aramayo Quinteros - Periodista
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A punto de alejarse de las aulas educativas, donde pasó casi seis décadas como formador de una infinidad de generaciones, es el profesor Adán Rioja Pérez, toda una personalidad y un referente incuestionable por su aporte a la revolución educativa en Bolivia.
Se trata de un orureño, sembrador de intelectualidad en varias generaciones de estudiantes, hombres y mujeres que luego de los años, siempre recuerdan a aquel maestro que con sapiencia absoluta fue transmisor de conocimientos, pero a la vez de valores éticos y morales.
Formado en la Escuela Nacional Normal de Maestros de Sucre, Don Adán Rioja se conoció con Hortensia Gómez Andrade, con quien decidió compartir su vida llegando a ser padres de tres hijas: Doris, Mabel y Gloria, que con el transcurrir de los años dieron a sus padres la satisfacción de ser cariñosos abuelos de diez nietos y hasta bisabuelos de tres bisnietos. A cuatro años del fallecimiento de su compañera de vida, en una práctica más hogareña, predica con el ejemplo para inculcar los valores entre sus adorados nietos.
“Tengo 82 años, yo ya no debería estar haciendo nada, pero sigo trabajando como una especie de escuela para los chicos, para que aprendan”, narró el maestro en una entrevista a una revista publicada bajo el nombre de “Independencia sindical”.
Más allá de su práctica como maestro, fue y es un referente entre sus colegas, respecto a la prédica de un sindicalismo inclaudicable, de entrega y lucha por el magisterio, además del apego a la ética, pues según su testimonio, más de una ocasión fue invitado a ocupar el cargo de Ministro de Educación, pero la firmeza en sus ideales pesaron más que la oferta temporal. Se plantó firme y prefirió seguir en la práctica docente antes que ponerse al servicio de gobiernos, que profesaban principios políticos contrarios a los suyos.
De ideales sólidos en la formación como hombre de izquierda, se destacó desde muy joven en la defensa de sus convicciones por la igualdad, la libertad y la defensa de las convicciones en procura del bien común.
Su aporte a la educación va más allá de la práctica en aula, pues él junto al profesor Ángel Mendoza Justiniano, impulsaron la creación de la Escuela Normal de Maestros en Oruro.
El maestro, precisamente por la defensa de sus principios, conoció el exilio y la tortura, práctica de los gobiernos de facto, que con violencia intentan callar a aquellos hombres que luchan por un verdadero cambio, y la defensa de las libertades e igualdad entre los bolivianos. A estos hombres y mujeres que enfrentaron las dictaduras, muchos de ellos que quedaron en el anonimato, se les debe agradecer las libertades recuperadas, pues ellos no se afianzaron en tomar un espacio de poder, utilizando a las masas y menos aprovechándose de su confianza.
A ésta generación de líderes pertenece Adán Rioja, un hombre octogenario que percibe que los políticos actuales están extraviados, pues no son líderes, sino sólo un grupo de amigos, sin principios, ni ideología, personas que mienten y falsifican, “una aventura totalmente negativa”.
AUTORIDAD
Con merecimiento propio llegó a ocupar cargos de responsabilidad como autoridad educativa. Como Director Departamental de Educación proyectó la modalidad de la matrícula automática para alumnos antiguos en las unidades educativas, propuesta que luego se concretó, al igual que la entrega gratuita de títulos de bachiller, beneficio del que ahora gozan todos los estudiantes que culminan su formación escolarizada.
El incansable líder, junto a otros maestros que compartían los ideales de izquierda, llegó a fundar el Frente Amplio de Unidad Docente (FAUD), que por muchos años y más aún durante el tiempo duro de la práctica sindical, como fueron los periodos de dictaduras, se mantuvo como referente del sindicalismo del magisterio.
Adán Rioja, años más tarde ingresó a la Universidad Técnica de Oruro, para seguir la carrera de Derecho, de donde se graduó con honores para obtener el título de abogado, profesión que como él mismo reconoció “no le sirve de mucho”, su vocación es ser maestro, y en esa dimensión tuvo a su cargo también la formación de profesionales, pues por varias gestiones desempeñó la cátedra universitaria.
Su aporte al progreso y desarrollo de Oruro, también está plasmado en ordenanzas, resoluciones y una infinidad de documentos trabajados a partir del desempeño de sus funciones como concejal, espacio donde en gestiones pasadas el aporte de la intelectualidad orureña era de valía y no de mezquinas e infructíferas discusiones.
Con la suficiente autoridad moral de una práctica plena de defensa de sus ideales, considera lo Bolivia puede combatir el retraso cuando los políticos responsables de su conducción, tengan un espíritu de grandeza, pues no se trata de predicar y no practicar, debe haber consecuencia entre la retórica y la conducta.
Por toda su trayectoria y aporte sus colegas lo reconocen como “maestro de maestros”
Fuente: La Habana, 9 (EFE).-
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