COP28 cierra con un compromiso sin precedentes para garantizar el fin de combustibles fósiles

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La Cumbre del Clima de Dubái (COP28) concluyó con un acuerdo histórico en el que, por primera vez, se reconoce la necesidad de abandonar los combustibles fósiles tal y como los conocemos hoy para garantizar la seguridad climática. Sin embargo, también se deja abierta la posibilidad de utilizar carbón, petróleo y gas con bajas o cero emisiones.

Además, se reconoció que esta transición debe tener en cuenta las diferentes situaciones y circunstancias de cada país, una demanda importante de los países en desarrollo.

Después de dos semanas de intensas negociaciones, donde los combustibles fósiles y el lenguaje a utilizar para referirse a su futuro fueron obstáculos principales, la COP28 presentó un texto llamado Balance Global. En este documento se destaca que limitar el calentamiento global a 1.5°C (límite establecido por la ciencia para garantizar la seguridad climática del planeta) requiere una reducción rápida de las emisiones.

En cuanto a las medidas específicas mencionadas en el artículo 28 del Balance Global, se instó a triplicar la capacidad instalada renovable y duplicar la tasa anual de mejora en eficiencia energética antes del año 2030. También se hace un llamado a acelerar los esfuerzos para reducir progresivamente el uso de energía basada en carbón sin sistemas de mitigación (CCS, por sus siglas en inglés). Además, se insta a avanzar hacia sistemas energéticos con emisiones netas cero mediante el uso de combustibles con bajas o nulas emisiones de CO2 mucho antes o alrededor de mediados del siglo.

El texto también menciona la necesidad de acelerar el desarrollo y la implementación de tecnologías con bajas o cero emisiones, incluyendo las renovables, nucleares y captura y almacenamiento de carbono (CCS), especialmente en sectores difíciles de descarbonizar. También se destaca la producción de hidrógeno con bajas emisiones.

Para impulsar esta transición, el documento insta a todas las partes (198 países) a eliminar gradualmente los subsidios ineficientes a los combustibles fósiles que no abordan la pobreza energética ni garantizan una transición justa. Otras medidas contempladas son reducir sustancialmente las emisiones de metano para 2030 y acelerar la disminución en las emisiones del transporte por carretera mediante vehículos con bajas o nulas emisiones.

En paralelo, el texto reconoce el papel que desempeñan los combustibles de transición para facilitar la transición energética sin comprometer la seguridad energética. Muchos consideran al gas como un combustible clave durante esta etapa, así como también podrían incluirse los combustibles sintéticos experimentales que mezclan hidrógeno con carbono capturado de la atmósfera.

Queda por ver cómo interpretarán estas señales los gobiernos e inversores y si serán suficientes para encaminar al mundo hacia el fin de la era de los combustibles fósiles, en línea con las recomendaciones científicas. Muchos científicos consideran que los combustibles limpios son una solución falsa, ya que no evitan las emisiones a la atmósfera.

Fuente: LA PATRIA / EFE