Un problema sin resolver

El conflicto del transporte en la ciudad de Oruro es preocupante, no solo por el constante enfrentamiento entre choferes de distintos sindicatos, quienes pugnan reiteradamente las rutas, que salieron del control de las autoridades.

A ese hecho, se suma el constante avasallamiento de áreas de trabajo entre líneas de transporte urbano, otro motivo de peleas, cuando en realidad son temas que se pueden resolver mediante un estudio técnico hecho por las autoridades de Tráfico y Vialidad dependiente del Gobierno Autónomo Municipal de Oruro, en coordinación con los transportistas y juntas vecinales.

Todos dirían que ahí termina el problema del transporte urbano, sin embargo, hay muchos más temas de debate, entre ellos, y algo que hasta la fecha no tiene solución son las paradas establecidas de manera arbitraria por varios sindicatos.

Esas paradas originan caos vehicular, ya que desde en horas de la mañana se estacionan en lugares específicos, de los cuales citaremos uno, para mencionar un solo ejemplo, como es la Bolivar y Tejerina.

Quizá esta forma de trabajo daría resultado, sí la calle fuese más ancha, no perjudicaría al tráfico vehicular, al paso peatonal y al comercio como tal.

El perjuicio es para transeúntes, quienes a riesgo de su propia vida deben caminar con sumo cuidado por esa vía, para no ser atropellados o sufran otro tipo de percances, como robos, ya que en el sector, debido a la afluencia de �??amigos de lo ajeno�?� delinquen de día y con mayor actividad en la noche.

Esos minibuses se quedan estacionados por sus conductores, hasta que se llenen y solo así parten del lugar, por lo que fila de estos vehículos es larga y provoca el caos.

La inseguridad vial como personal crece ante vista y paciencia de los habitantes, quienes esperan que las personas elegidas con la confianza del voto en las elecciones, actúen imponiendo el denominado principio de autoridad.

Otro problema, es que los transportistas del servicio urbano no cumplen sus horarios de trabajo con las rutas establecidas. A partir de las 19:00 horas, algunas líneas reducen sus rutas. En el caso de la línea 101, es raro ver a partir de esa hora que alguno de sus minibuses llegue hasta la zona Sur, ya que por lo general solo llegan hasta la calle Murguía y Pagador, para luego retomar su viaje hacia el Norte, dejando en el desamparo a sus pasajeros, quienes deben abordar otra línea para llegar a destino.

�??Hasta la Murguía nomás estoy yendo�?�, advierten los choferes de ese servicio cuando recogen a sus pasajeros y sí es que cumplen ese objetivo.

Podríamos seguir enumerando muchos más conflictos que ocasionan, como las detenciones exageradas en determinados puntos de la ciudad, como el Mercado Campero. La falta de limpieza, vehículos con asientos estrechos para sentarse, la ausencia de buen trato al pasajero, las carreras entre minibuses, entre muchos otros aspectos más que depararía un análisis profundo.

Para lo mencionado, es urgente una reunión entre los sectores en conflicto previo un estudio que permita remediar todos los males mencionados en pos de una ciudad más ordenada.