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Sábado 09 de junio de 2012

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Revista Tu Espacio

El psicológo responde

09 jun 2012

Fuente: LA PATRIA

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¡Mi esposo se pasa de pesimista!, no es emprendedor, no viaja, no tiene amigos, critica todo y a todos, pero no hace nada; la casa está descuidada, no se quiere comprar ropa y se conforma con lo mínimo.

Nunca me habría dado cuenta de estos aspectos hasta que reclamé a nuestro hijo mayor por qué no nos viene a visitar y me hizo dar cuenta de que las actitudes de su papá eran insoportables y contagiosas.

Mientras más le miro, más defectos le encuentro y ya no quiero vivir en este entorno de pesimismo.

¿Qué sería bueno hacer?

Querida amiga:

Tomando en cuenta que tienes varios años de casada y tu esposo es y ha sido compañero, lo más importante es que lo ayudes a cambiar de actitud.

Quizás la mejor manera no es reprochándolo, o haciéndole notar su falla con críticas o indirectas. Lo mejor es demostrar una actitud positiva y darle ejemplo de ello.

Una vez que vea el cambio en ti, quizás se sienta llamado u obligado a pensar de diferente manera y hasta actuar de diferente manera.

Quizás este pesimismo sea el comienzo de una grave depresión y rechazo a la vida. Entonces no lo tomes a la ligera.

No te contagies en ver sólo lo malo, o los defectos. Si es así, ayuda a tu marido a que encuentre nuevamente las ganas de vivir.

Ten en cuenta que muy aparte de tu hijo, tú eres su única fuente de ánimo.

La actitud positiva nos permite ver la mitad del vaso medio lleno y puedes alegrarte al observar esto o puedes preocuparte por la mitad vacía. Esto no es ni más ni menos que una cuestión de dos actitudes antagónicas: la positiva y la negativa.

Haz lo que piensas. Si piensas una cosa y terminas haciendo otra totalmente diferente, te sentirás inconforme contigo mismo. Trata de evitar las conductas contradictorias, o las incoherencias, sobre todo si no quieres que te invada un profundo sentimiento de fracaso existencial. Y te arrepientas luego.

Para cultivar una actitud positiva, nada mejor que ser uno mismo. Tanto las comparaciones como las idealizaciones de “cómo deberías ser tú” y de “cómo deberían ser las cosas”, son muy perjudiciales para la salud mental y autoestima.

La frustración y la envidia que se genera al ver en otros lo que uno quiere ser son pensamientos altamente negativos que debes aprender a controlar para evitar sentirse deprimido. Lo mejor es aceptarse tal cual es y tratar de cambiar aquellas cosas que molestan de uno mismo, pero dejando de lado las comparaciones, pues cada persona es única.

También puedes ayudarle a tu marido haciendo actividades diferentes a la rutina, salir, tomar aire, pasear e incluso hacer deportes juntos, desechando los pensamientos negativos.

Si nada de esto resulta, no descarten la posibilidad de buscar ayuda profesional. La opinión imparcial de una tercera persona los puede ayudar.

Lic. Carolina I. Mena Medina

Consultorio: Sucre No. 886 esq. Washington

Telf.: 5251326

psico_menaan@hotmail.com

Fuente: LA PATRIA
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