Cómo superar una dolorosa derrota

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Este post sirve para cualquier tipo de derrota deportiva, en principio como aficionado, pero que se extiende a las derrotas sufridas como deportista o para cualquier fracaso:

1. Tiempo de reflexión. Hay una necesidad de estar solo, asimilando la derrota. Unos necesitan unas horas, otros algunos días para comprender lo que pasó. Depende de las expectativas generadas y del nivel de afición. Recomendable que no sean más de dos días.

2. Buscar a alguien con quien desahogarte, mejor si es de tu mismo equipo y comparte tu filosofía de juego. Hay que eliminar esa primera frustración que es como un veneno que se extiende por el cuerpo, y soltar lo primero que viene a la cabeza. Eso dará paso a una reflexión más pausada analizando más en detalle las consecuencias.

4. Hacer deporte, es una solución para todo. El deporte genera endorfinas que ayudan a crear una sensación de bienestar eliminando el estrés. Un par de buenas sesiones de ejercicio aeróbico ayudarán a empezar a pensar en positivo. Pero también es importante desahogar con el ejercicio la frustración que se lleva en la mente.

5. Centrarse en otras aficiones. En ese tiempo de aislamiento es conveniente buscar aficiones a otros deportes o utilizar ese tiempo para la lectura, los videojuegos (ninguno de fútbol) y ocio variado.

6. Utilizar la rabia y la frustración que quede de los primeros días para otras cosas. Conviene canalizar ese efecto positivamente a través de proyectos interesantes, o centrarse en el trabajo.

7. Evitar hablar de ello con personas ajenas, pero si lo haces, debes sonreír y pasar. No hay nada que moleste más que la indiferencia. Consejo importante: no entrar “al trapo”, es decir, que no debes caer en el juego de la discusión. No conviene reavivar la frustración.

8. Buscar el lado positivo de la derrota. Tu equipo tendrá más tiempo para centrarse en otra competición, o menos desgaste. Y tú incluso también tendrás más tiempo que debes utilizar (ver punto cinco).

9. Relativizar. Hay mil cosas más importantes que el fútbol, como el baloncesto o incluso un fracaso personal.

10. Superados estos nueve puntos ya estás preparado para volver al ruedo. Las aficiones siempre permanecen y no tienen sentido perderlas por una derrota. Posteriormente puedes ilusionarte de nuevo.

¿QUÉ DEBES HACER EN LA CRISIS?

1. Esfuérzate y sé valiente

Una característica para vencer nuestra crisis es que tenemos que ser esforzados y valientes, es lo que le dijo Dios a Josué cuando iban a tomar la tierra prometida. Dios le dijo “esfuérzate y se valiente.” Necesitas esforzarte

y vencer tu temor en tiempo de crisis. Si usted quiere superar su crisis, salir

de ella o de la que pueda llegar a vivir, necesita hacer algo más. Esforzarse significa ir más allá de las fuerzas, cuando uno dice ya no puedo, uno da el último estirón, se extiende un poco más, hacer algo extra, ir más allá del límite de sus fuerzas. Y valiente porque hay que sobreponernos a lo que nos causa temor. La Biblia dice que Jefté era varón esforzado y valeroso; no le tenía miedo a las batallas. Uno de los nombres de Dios es varón de guerra.

En Éxodo 15:3 dice que el Señor es varón de guerra. Todos los que tenemos a Dios en nuestra vida, tenemos un espíritu de guerreros, no de ratones. Dios es varón de guerra y si nosotros somos sus hijos también somos guerreros.

La vida tiene batallas no le tenga miedo a esas batallas, tenemos que sacar esa característica de guerrero esforzado y valiente que hay en cada uno de nosotros. Es lo maravilloso de ser cristianos, cuando tú eres cristiano y has tenido un encuentro con Dios, el Espíritu de Dios viene a morar dentro de ti. Puede ser que por tu historia personal, o que por tu genética física nos seas muy guerrero, pero hay en ti una nueva genética espiritual, es el espíritu del Dios que es guerrero, hombre de guerra, el Espíritu Santo dentro de ti tiene una genética de guerrero. Tienes el Espíritu Santo si has entregado tu vida a Dios, en el momento que entregas tu vida a Dios, el Espíritu de Dios ha venido a morar dentro de ti, y ahora tú y yo somos templos del Espíritu Santo.

Dentro de nosotros hay un espíritu, una actitud de guerrero por lo tanto todos tenemos esta actitud de guerrero que debemos dejar salir. Defendamos lo que Dios nos ha dado, niégate a perderlo, lucha. Reflexiona, ¿qué te ha dado Dios? Tu vida, tu familia, tu ciudad, tu país, lucha, defiéndelos; no le des lugar al enemigo si quieres superar tu crisis. Necesitas ser alguien que se esfuerza y que es valiente y que saca la actitud de guerrero como Jefté la tenía.

Fuente: quevivaeldeporte.com/ trigo y miel-org