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Eduardo Mitre: dos poemas inéditos y un vitral - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
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Domingo 26 de noviembre de 2023

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Cultural El Duende

Eduardo Mitre: dos poemas inéditos y un vitral

26 nov 2023

Eduardo nos manda, desde Manhattan, dos poemas inéditos que aparecerán en su proximo libro, y también, ??Vitral con Altiplano?, un poema que pertenece a su libro Vitrales de la memoria (Pre-Textos, 2007), evocando lejanos recuerdos orureños.

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De Lapallapan

¿Sin este lago, adónde iremos?

ADRIÁN QUISPE

El lago Poopó, espejo

de nuestros ancestros,

mesa a lo largo de nuestras vidas,

años cercado por la sequía,

sorbido por el sol sediento

como una gotita de agua

acaba de desaparecer.  

No volverá con las lluvias.

Vitral con Altiplano

Se apagan las luces de Manhattan.

Contemplo largamente la oscuridad,

la memoria restaura al azar

un vitral de la infancia:

Y he aquí que vamos allá

por la claridad azul del Altiplano

mi hermano Antonio y yo

sentados atrás

en la parrilla de dos flamantes

bicicletas Raleigh.

Nos conducen diestros,

sorteando baches

y corneadas del viento,

don Luis Bustillos y tío Carlos.

Pedalean veloces,

sacándoles chispas a los pedales

hasta dejar atrás el pasado,

darle alcance al presente

y pasar junto a estas imágenes.

Y bajo un campanario de nubes

el prometido paraíso del viaje:

los baños termales de Capachos

y un festín de habas al promediar la tarde.

Marsella

¡Oh voz de la ciudad, voz de la madre!

H?LDERLIN

Marseille, Marsella, qué privilegio

decir tu nombre

en tu lengua y la mía,

y caminar por primera vez

entre tus gentes, tus calles,

puertos y orillas.

No lo aprendí en la escuela

sino de labios de mi madre

que al contarnos su travesía

de Belén a Bolivia, nos decía:

??Entonces, Marseille, hijos, Marseille,

y luego París tan linda

y después un barco enorme

en un puerto que ya no recuerdo.?

Subo temprano a la cima

coronada por tu basílica,

observo en la penumbra

sus arcos y columnas

vivos como una cebra,

y a la Virgen y el Niño

hace tiempo bronceados

bajo tu espléndido sol.

Solo les pido salud

y culminar bien esta ofrenda.

El círculo de la esplanada:

observatorio ideal

para tu horizonte de cerros,

colinas y pinares,

y nubes que se vuelven velas

bajo tu cielo íntimo

como un nadador

zambulléndose despacio en el mar.

Y una tarde, ensenadas del asombro,

música para los ojos tus aguas

azulinas, celestes, esmeraldas?

Y labradas por el tiempo,

por la lluvia y el sol pintadas,

tus rocas majestuosas:

dioses pálidos que no pasan.

En víspera de la partida,

paseo por tu Puente Viejo,

miro las barcas de los pescadores

quietas bajo la alta noche.

Recia como una gran ola resuena

la algarabía de jóvenes

inocentes o ajenos

a los barrios del hambre

atados a la sombra y la droga.

De pronto, escucho cada vez más cerca

millares de voces migrantes,

bandadas de nombres y apellidos

que aletean como gaviotas

buscando las costas de otros labios,

y contemplo abrazos de bienvenida,

manos y pañuelos que se agitan

enjugando las lágrimas de los adioses,

y junto a su esposo en la cubierta,

lista para desembarcar, de paso por ti

hacia un rumbo desconocido

la adolescente palestina

amamantando a su niño

bajo las atónitas estrellas.

Marseille, Massalia, Marsella,

madre de mar y roca,

seas en todas las eras

y en todas las lenguas.

Para tus amigos: