Terapia física, alimentación y ejercicio: claves tras una fractura de hueso

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Las fracturas de los huesos son una lesión que puede causar dolor, inflamación y pérdida de movilidad. Lo recomendable es siempre acudir a un traumatólogo para sobrellevar esta lesión, pero la terapia física, una dieta equilibrada y el ejercicio físico regular, con supervisión médica, también son esenciales para la recuperación y para prevenir futuras fracturas.

Las roturas de los huesos se clasifican en fractura completa: el hueso se rompe en dos partes. En tallo verde, el hueso se rompe, pero no se separa en dos partes, (típica en niños). Simple, el hueso se quiebra por una parte. Conminuta, el hueso se quiebra en más de una parte o se astilla. Abierta, el hueso sobresale a través de la piel. Cerrada, hay rotura, pero no sobresale el hueso por la piel.

Hay también fractura por estrés, que es una pequeña grieta en el hueso producida por una presión repetitiva. Son más comunes en los huesos que soportan peso, como los huesos de la pierna y el pie.

TERAPIA FÍSICA

El tipo de terapia física que se recomienda dependerá del tipo de fractura, de la gravedad de la lesión y del estado físico del paciente. En general, se suele dividir en dos fases, la de inmovilización, con el objetivo de reducir la inflamación y el dolor, y prevenir la pérdida de masa muscular. El fisioterapeuta puede recomendar ejercicios para mover las articulaciones adyacentes al foco de fractura, así como ejercicios de estiramiento y relajación.

La fase de rehabilitación lo que busca es recuperar la movilidad y la fuerza en la zona afectada. El experto puede recomendar ejercicios para fortalecer los músculos, mejorar la amplitud de movimiento y la coordinación.

Algunos de los ejercicios más comunes que se utilizan en la terapia física tras una fractura de hueso son los de amplitud, que mejoran el rango de movimiento de las articulaciones, los que fortalecen los músculos y mejoran el equilibrio y la coordinación.

ALIMENTOS RECOMENDABLES

Una dieta equilibrada es esencial para mantener un sistema óseo fuerte y saludable. Los alimentos que son ricos en calcio, vitamina D y otros nutrientes esenciales para la salud de los huesos incluyen lácteos: la leche, el yogur y el queso son buenas fuentes de calcio.

También están las verduras de hoja verde, como la col rizada, las espinacas y el brócoli que son ricas en calcio y vitamina K. Los frutos secos y las semillas como las almendras, las nueces y las semillas de girasol son buenas fuentes de calcio, magnesio y fósforo.

Los pescados azules como el salmón, la trucha y el atún, son una buena fuente de vitamina D, todos estos alimentos son fundamentales para fortalecer los huesos.

EJERCICIO

Son recomendables los ejercicios de bajo impacto como caminar, que es sencillo, eficaz y puede realizarse en cualquier lugar. La natación suave ayuda a fortalecer los músculos y mejorar la flexibilidad. El ciclismo es un ejercicio cardiovascular y la gimnasia en el agua también son útiles.

Los ejercicios de resistencia, como las bandas elásticas, también ayudan a fortalecer los músculos sin poner tensión en las articulaciones. Es importante consultar con un médico antes de comenzar cualquier nuevo programa de ejercicio físico.