Los chupetes tecnológicos en el futuro de nuestros hijos

Los niños que no son calmados con un abrazo o una palabra por parte de sus padres, que por el contrario lo recompensan con estos aparatos, ellos crecerán con poca capacidad de empatía, tendrán dificultad al momento de conectar sus emociones, pienso tanto en los padres, que dejan alegremente los dispositivos tecnológicos a sus hijos, puesto que, creo que son ajenos a las consecuencias que tienen sus actos, sino más bien en los menores que se ven impedidos para entrar a formar parte de la familia. Luego nos quejamos y sufrimos ¿por qué mi hijo no me cuenta sus cosas?, ¿prefiere estar con el móvil antes que cenar con nosotros? o ¿mi hija dice que nunca contamos con ella? Claro, si ya desde el comienzo de toda la historia (periodo prenatal) les desconectamos de nuestras familias para conectarles con el mundo tecnológico, ¿qué vamos a esperar de nuestros hijos?, si encendemos y proyectamos a nuestros hijos hacia los chupetes tecnológicos.

Estos chupetes tecnológicos son inmediatos reforzantes, cargados de estimulación sensorial (sonidos, colores, luces, movimiento); coincido en que es mucho más sencillo dar un chupete tecnológico que tomarme la molestia de atender o cargar en brazos a mi hijo, dejar a los niños viendo la televisión por una cantidad de horas al día cada vez que el niño se porte mal, se ponga a llorar, empiece a comportarse muy mal, como si ellos tuvieran el control sobre sus necesidades y emociones; si para que calme ese berrinche le damos el dispositivo tecnológico, porque sabemos que le tranquiliza, pero nada más lejos de la realidad, parece que apaciguan, pero en realidad amortiguan, aíslan y evitan que el niño tome conciencia de su emoción.