Los crímenes contra los periodistas

Ayer se conmemoró el Día Internacional para Poner Fin a la Impunidad contra los Periodistas, declarado el 2 de noviembre como tal por la Organización de las Naciones Unidas, ONU, para proteger el trabajo periodístico, que en el mundo entero tiene riesgos de todo tipo

La fundación UNIR hizo un video en el que se preguntaba a ciudadanos comunes sobre qué temas les gustaría que se investigue, la mayoría contestó que: sobre la corrupción, el narcotráfico, la sequía, política, el feminicidio, la contaminación, la justicia, la violencia, la policía y otros temas.

Pero cuando les mostraron mensajes con las amenazas que reciben periodistas de Bolivia, los entrevistados enmudecieron por un momento, sugirieron que se denuncie, también que se siga con las investigaciones, que no dejen de informar, algunos dijeron que se debería dejar de investigar.

Eso fue hasta que se metieron con su familia, amenazaron de muerte a su hijo, entonces anunció que dejaría el periodismo de investigación por las amenazas que estaba recibiendo contra su vástago.

En muchos otros lugares también existen amenazas contra la vida del propio periodista, y muchos lo toleran y continúan hasta que amenazan contra la integridad de su familia, porque quizás uno se siente capaz de soportarlo todo, menos la pérdida de un ser querido, menos aún de un hijo.

Algunos periodistas arriesgan su vida hasta la muerte, y no hay luego quien reclame por ellos, es por eso que se creó el Día para poner Fin a la Impunidad contra los Periodistas, para que las organizaciones comprometidas con la democracia alcen la voz por los perseguidos y amenazados.

¿Cómo vamos por casa? Muchos periodistas no sólo fueron amenazados, sino que fueron agredidos, pero los perpetradores están libres, o con arresto domiciliario, y los casos en el limbo, sin saber si alguna vez tendrán repercusión y su respectivo castigo.

El caso Las Londras, donde se vio, a través de las redes sociales, cómo un encapuchado encañona a un periodista, el grupo que acompañaba al perpetrador, los secuestraron, los golpearon y horas más tarde los dejaron ir, el principal autor está con detención domiciliaria y no hay más investigación, ni detenidos.

En otros casos llegaron a robarles el equipo, hasta sus pertenencias personales, y no existen detenidos en esos casos, encima los perpetradores, que en su mayoría son policías o afines al partido de Gobierno, culpan de las agresiones a los propios periodistas, o dicen que ellos se lo buscaron.

En algunas ocasiones también llegan a decir que no se identificaron como periodistas y los confundieron, pero eso no es cierto, ya que casi todos tienen distintivos visibles y se presentan como tales para realizar su cobertura.

Un país sin libertad de prensa es un país condenado a no tener democracia, y es por eso, pese a los riesgos, los periodistas continúan, en la medida de sus posibilidades, trabajando bajo su propio riesgo.