Beaterio Jesús Nazareno y la Casa Noya: construcciones históricas que adornan la urbe

¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...

La historia del Beaterio Jesús Nazareno es un relato fascinante de un edificio con siglos de historia que ha desempeñado varios roles a lo largo de los años. Esta construcción se encuentra en una ubicación céntrica de la ciudad y se ha mantenido como un vestigio de la época colonial, aunque lamentablemente, la ciudad no ha conservado muchos elementos de su pasado que podrían ayudar a ilustrar la historia.

Originalmente, el edificio se destacaba por su arquitectura del siglo XVIII. La portada del Beaterio, en la actualidad símbolo de la Congregación, influyó en expresiones arquitectónicas similares en la región. Es interesante notar que se compara con la Portada de Paria, lo que sugiere que el mismo maestro picapedrero podría haber trabajado en ambas.

El Beaterio también ha tenido cambios en su uso y ubicación a lo largo de los años. En 1794, se planeaba vender la propiedad del hospicio a través de María López como abadesa y Catalina Centellas como Superiora. Sin embargo, no está claro si la venta se realizó con éxito, ya que algunos documentos históricos están incompletos.

A principios del siglo XIX, se conoció como �??Beaterio�?� al lugar de recogimiento de mujeres, y este nombre se ha mantenido a lo largo de los años. Durante este siglo, el Beaterio era mantenido con fondos de la Municipalidad, pero el presupuesto solo se destinaba al mantenimiento de las mujeres y niñas que albergaba, sin incluir la reparación de la estructura del edificio.

En 1920, la Madre Nazaria Ignacia ingresó a este edificio, que ya estaba en mal estado, y fundó la Congregación de las Misioneras Cruzadas de la Iglesia. A partir de entonces, el edificio se convirtió en el centro de esta congregación y un lugar de espiritualidad. Madre Nazaria Ignacia comenzó su labor espiritual en este edificio, y su trabajo la llevó a fundar la orden el 16 de junio de 1925, siguiendo un mensaje que recibió de Jesús Nazareno. La Congregación Misioneras Cruzadas de la Iglesia ha llevado su obra a nivel mundial.

La historia del Beaterio Jesús Nazareno es un testimonio de cómo un edificio antiguo puede tener múltiples propósitos a lo largo de los años y cómo un lugar que alguna vez fue una institución de caridad ahora es un centro de espiritualidad y una base para una congregación internacional. A pesar de su importancia histórica, esta historia a menudo es desconocida por la población local.

CASA NOYA

La Casa Noya es un destacado ejemplo de arquitectura histórica ubicada en Oruro, Bolivia. Este edificio ha sido catalogado como patrimonio de Valor Histórico, Cultural y Arquitectónico, y está bajo la categoría de Protección Absoluta con el Código Nº 2-112 en el Catálogo de Patrimonio de Oruro. Esta casa es una joya arquitectónica que refleja la rica historia y cultura de la región.

El edificio se destaca por su estructura original, que se basa en muros portantes de adobe, un material de construcción tradicional. Además, cuenta con características notables, como bovedillas en el entrepiso y ornamentaciones en yesería sobre enchape de ladrillo en su fachada. La cubierta del edificio está compuesta por láminas de calamina, y la bóveda está protegida con imbricaciones metálicas de zinc.

Este patrimonio arquitectónico ha desempeñado un papel importante en la historia local de Oruro. Originalmente perteneció al Dr. Félix Noya, un abogado de origen chuquisaqueño, quien mandó construir la casa como su vivienda. La casa fue inaugurada el 14 de octubre de 1928 en una celebración que conmemoraba el decimoquinto cumpleaños de su hija Olga.

La Casa Noya es un testimonio de la opulencia que resultó de la actividad minera en la región. Su estilo arquitectónico neoclásico y la singularidad de su cúpula la convierten en un hito arquitectónico.

A lo largo de su historia, la casa ha experimentado diversas transformaciones y usos. Durante los años ochenta, albergó el consulado peruano, y posteriormente se convirtió en la sede de una universidad privada. A pesar de estos cambios, la casa ha mantenido su esplendor y opulencia de antaño.

Es lamentable que, a pesar de ser catalogada como un patrimonio de Valor Histórico, Cultural y Arquitectónico, la Casa Noya no reciba la atención y el apoyo que merece. La falta de iluminación y la ausencia de descuentos en impuestos son preocupaciones que plantea la familia propietaria. Sería importante que las autoridades locales consideren medidas para preservar y promover el cuidado de este valioso patrimonio histórico.

Fuente: LA PATRIA