Las joyas de la historia orureña escondidas en la plaza Manuel de Castro y Padilla

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En medio de la cotidianeidad y el ajetreo, es casi imposible ver las joyas escondidas de la historia orureña. Algunas de ellas, pasan desapercibidas en la conocida plaza Manuel de Castro y Padilla, pero para conocerlas, recorreremos este espacio y retrocederemos varios siglos a través del imaginario.

Es una fría noche como cualquiera en Oruro, cuando el equipo de La Ruta de la Media Noche y LA PATRIA, recorren varias arterias de la ciudad y ya en el céntrico espacio, comienza la aventura de este capítulo.

Según narra el investigador Maurice Cazorla, este lugar nació originalmente con el nombre de �??plaza del Regocijo�?�, ya que estaba destinada a desarrollar las actividades propias del pueblo, por ello el nombre. También era considerada la plaza Menor, ya que para entonces, había otra considerada Mayor que era del Rey.

En esta plaza se encontraba también el antiguo edifico del Ayuntamiento, la plaza del Regocijo (hoy Manuel de Castro y Padilla) albergaba también el antiguo edificio del Ayuntamiento cuyo vestigio único está aún en el lugar, pero para aquellos años, esta infraestructura tenía un patio al medio.

�??Había una tradición que Oscar Elías me contaba cuando yo era joven. Decía que a cierta hora de la mañana, salía una fila de patitos del Ayuntamiento y se iba a la fuente. A las 18:00 horas, la misma fila de patitos (volvía) al mismo edificio�?�, narra Cazorla.

Para 1914, en este lugar se plantaron los primeros arbolitos promovido por el concejal Natalio Condarco. Estos ejemplares ahora son los más antiguos, pero en aquella época, varios orureños nacieron y murieron sin ver los macizos troncos de hoy.

Acompañado de esta actividad, se instala en el centro una fuente de agua y que permite, entonces, cambiar la fisionomía, luego de plantar flores y de plaza, se convierte en parque.

Para 1925, la colonia Sirio-Palestina obsequió al pueblo la glorieta (hoy quisco) en conmemoración a su primer centenario. La fuente que adornaba el lugar se la llevaron a la actual plaza de la Ranchería.

CAMBIOS

Los cuatro lados de la plaza, cambiaron sustancialmente, ya que al Norte se tenía la Iglesia de la Compañía que después se convierte en la Iglesia Matriz, demolida en 1976, para dar lugar a la nueva Catedral que fue concluida por aquellos años, pero iniciada antes de la Guerra del Chaco.

Lamentablemente, estaba por delante el antiguo edificio de la Compañía de Jesús cuyo templo se erige en 1611, cuyo único vestigio que queda, es la portada que está en el Socavón.

Más abajo, en la esquina está la Ferretería Schmidt (hoy Fiscalía) donde en la planta baja funciona hasta los años 90, el último Consulado que tuvo Oruro, el Consulado Alemán. Al frente en la acera Este de la plaza, se encontraba la �??Patiño Mains�?� (edificio de Comunicación Social).

�??De acuerdo a la tradición histórica, esa casa le pertenecía a la familia de Albina Rodríguez, esposa de Simón Patiño. De esa forma es que en esa propiedad construye la Patiño Mains. Además, Albina era sobrina nieta de Jacinto Rodríguez quien fue parte protagonista del levantamiento del 10 de Febrero�?�, apunta Maurice Cazorla en el recorrido.

A lado estaba una tienda de licores de Caquiaviri donde también se ofrecían los antiguos helados de canela, según Cazorla, antecedente más remoto del manjar orureño.

Al lado también luce el Templo de San Francisco, antiguamente Templo de La Merced, este espacio en la parte que da a la plaza tenía un cementerio. A mediados del siglo 19, ese terreno fue vendido y se erigen tres edificios en la actualidad.

Uno de estos edificios, el de la calle Bolívar y Soria Galvarro se levanta la Heladería Alemana, a lado del ayuntamiento se encontraba una casa que fue demolida para dar lugar a la Playa de Estacionamiento y en esa casa fue el escenario de la noche del 10 de febrero de 1781, donde los españoles y negros se refugiaron buscando auxilio y refugio de los criollos y mestizos que los buscaban.

El 11 de febrero, en la madrugada y noche, todos los que estaban refugiados en esa casa, fueron asesinados por la turba que entró. Para 2006, cuando se celebraba los 400 años de la Villa, el Parqueo dejó de ser tal, para convertirse en una plaza con el colocado del monumento al fundador Manuel de Castro Castillo y Padilla de las Casas, fundador de la muy Noble y Leal Villa de San Felipe de Austria.

Fuente: LA PATRIA