Una noticia muy triste para Oruro

Cómo lo señala el epígrafe, Oruro tiene una triste noticia para propios y extraños, y es que el lago Poopó, en definitiva y por la falta de atención, terminó secándose, ya no queda agua en la superficie y se ha convertido en un desierto, el segundo lago más grande de Bolivia ya no tiene agua.

Desde 2013, en que los habitantes de las diferentes comunidades, que vivían de la pesca qué obtenían en esas aguas, alertaron que el lago estaba en franca sequía, pero las autoridades no hicieron nada por remediar la situación, sí consiguieron financiamiento, pero lo desviaron para otros proyectos y otros fines que nada tenían que ver con el lago.

El programa Cuenca Poopó financió la supuesta recuperación del humedal, pero ese dinero fue a parar a otros proyectos, inclusive para pagar cosas que no tenían relación con la situación del lago y sus afluentes.

Lo peor fue que se tuvo la oportunidad de hacer algo más contundente y recuperar esa fuente de agua dulce, porque durante la cuarentena de 2020 el espejo de agua creció y los peces regresaron, el agua cristalina adornaba bellamente el paisaje, pero apenas terminó la cuarentena el lago comenzó a deteriorarse nuevamente.

Por un tiempo, las familias que vivían de la pesca recuperaron la esperanza de volver a vivir de esa actividad, pero pasado el tiempo nuevamente la perdieron, ya que el lago se iba secando de manera vertiginosa.

Los medios de comunicación de Bolivia se ocuparon de la noticia, visitaron el Lago y constataron que no existe más un espejo de agua, simplemente se ve un desierto y ya no existe más el recurso hídrico, sin embargo, aún existen 87 familias y están luchando por mantenerse en ese lugar.

Las autoridades anunciaron que enviarán cisternas con agua, pero no se puede llenar un espacio tan grande de más de 2000 km2 con ese líquido elemental, ya que la superficie es demasiado grande y las cisternas no alcanzarán.

Y otro lago que también va para su desaparición es el Uru Uru, que de más de 200 km2 de superficie de agua, ésta se redujo a 10 km2, por lo que es urgente que se asuman otras medidas que realmente permitan recuperar las aguas de los dos lagos.

Existen formas de hacerlo, de recuperar el agua y la humedad en el ambiente de los lagos, y desde ésta columna se ha repetido hasta el cansancio cuáles serían las fórmulas para conseguirlo, pero las autoridades no las tomaron en cuenta y siguen pensando en soluciones parche, en lugar de arriesgarse con una solución grande y aunque costosa sería definitiva.

Ojalá que las autoridades encuentren una solución definitiva Para no perder ambos humedales que son importantes tanto para el departamento como para el mundo.