Miles de migrantes enfrentan la trata y tráfico en su búsqueda de un futuro mejor en Chile

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Miles de migrantes venezolanos y de otros países latinoamericanos enfrentan desafíos extremos en su búsqueda de un futuro mejor en la República de Chile. La travesía de estos migrantes, que intentan cruzar la frontera entre Bolivia y Chile en busca de oportunidades para ellos y sus familias, está marcada por dificultades y peligros.

Hombres y mujeres, junto con sus hijos y cargando sus pertenencias, esperan el momento propicio para cruzar la frontera, evitando ser detectados por los militares chilenos que patrullan la zona. Este arduo trayecto implica caminar varios kilómetros en medio del desierto, enfrentando el frío y la incertidumbre. Sin embargo, esta situación es aprovechada por traficantes de migrantes que se aprovechan de la desesperación de quienes buscan un futuro mejor.

Esta situación desesperada es aprovechada por traficantes o coyotes que ofrecen una ruta segura desde la línea fronteriza hasta diferentes ciudades chilenas a cambio de unos cientos dólares, sin importarles las consecuencias o la seguridad de los migrantes.

En la comunidad fronteriza Pisiga-Bolívar se escuchan múltiples historias marcadas por el sufrimiento causado por el frío, la oscuridad y la tristeza de extrañar a sus seres queridos. Los migrantes enfrentan desafíos extremos en su búsqueda de una vida mejor en Chile, dejando atrás la incertidumbre y la violencia en sus países de origen.

A pesar de la difícil travesía y los riesgos que enfrentan, algunos migrantes optan por refugiarse en albergues como el administrado por la monja Elizabeth Ortega, quien ofrece alojamiento gratuito a unos 150 migrantes cada mes.

La crisis migratoria venezolana ha llevado a más de seis millones de personas a abandonar el país, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), y más de medio millón ha buscado refugio en Chile. Sin embargo, al llegar muchos se enfrentan a discriminación y ataques xenófobos.

Un estudio realizado por la organización R4V revela que hasta 600 venezolanos ingresan clandestinamente a Chile cada día provenientes de Bolivia y Perú.

Esta situación destaca la urgente necesidad de abordar la crisis migratoria con soluciones humanitarias y colaboración entre los países involucrados. A pesar de los riesgos y dificultades, los migrantes siguen luchando por una oportunidad de vida mejor para ellos y sus familias.

Fuente: LA PATRIA