No son solo casetas

Mientras que en Tarija cuentan con un mercado central moderno y organizado, con gradas eléctricas y ascensores similar a un centro comercial de lujo, en Oruro continuamos soñando con la construcción de un gran mercado central, proyecto acariciado desde hace muchos años pero que jamás se hizo realidad, pese al reclamo de muchos ciudadanos.

Lo que se ve en Oruro es que los mercados son espacios desorganizados y muy sucios, dónde se expende todo tipo de mercadería, inclusive alimentos en ese ambiente desprolijo, en riesgo la salud de la población, y aunque algunas veces fueran limpiados y desinfectados, eso no ocurre con frecuencia.

En cambio, el mercado en Tarija, tiene una entrada principal que parece un banco, no se ve nada botado en el piso y no tiene malos olores, lo que se expende está presentado en vitrinas de vidrio o en mostradores de madera, pero que no están al nivel del piso.

En el mercado de Oruro también existe un área de comidas, sin embargo, se tiene que andar con cuidado para no resbalar, hay lugares en que los olores son insoportables.

Aparte existe un patio de comidas donde se puede consumir otro tipo de alimentos que no sean los tradicionales, y finalmente existe un área de juegos como si fuera un centro comercial, pero con la calidad y los precios de un mercado.

Oruro cuenta con diversos mercados, pero están ocupados solo unas cuantas casetas, y el resto sirven como depósito o simplemente están cerrados y vacíos, los vendedores prefieren salir a la calle, poner sus puestos al nivel de piso con polvo y otros desperdicios que se convierten en focos de infección.

Es cierto que las comparaciones son odiosas, pero no hay otra manera de mostrar que la ciudad de Oruro puede tener mejores y más funcionales infraestructuras, pero falta la voluntad política para conseguir los recursos económicos para realizar la construcción.

Además de tener un mercado moderno y organizado, la ciudad misma es mucho más limpia, desde la entrada a su nueva terminal, hasta el casco viejo se mantienen muy limpios.

Quizás si en Oruro se copiara los mejores ejemplos, hasta con poca inversión se puede lograr mucho más, porque las cosas que se construyen deben ser cuidadas y durar. Se debe adoptar una cultura de limpieza tal, que no tenga que ser barrida cada rato, y al recibir turistas locales o extranjeros, sus ciudadanos se enorgullezcan de su ciudad.