Calor extremo y polvo del desierto: la doble amenaza para el aire limpio

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Los eventos de calor extremo, agravados por incendios forestales y la diseminación de polvo del desierto, están deteriorando fuertemente la calidad del aire en todo el mundo, con el consiguiente impacto negativo en la salud humana y la agricultura, según datos presentados este miércoles 6 de septiembre por expertos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

El riesgo para la salud no solo proviene de las altas temperaturas, sino también de la contaminación que generalmente se subestima a pesar de sus efectos perniciosos, indica el boletín anual de la OMM que analiza la evolución de la calidad del aire y sus consecuencias.

Aunque los datos examinan sobre todo lo ocurrido en 2022, los expertos no dudaron en señalar que durante este verano en el hemisferio norte -que concluirá pronto- la situación fue �??más extrema�?� que en el pasado debido a las altas temperaturas.

La OMM confirmó que el planeta experimentó -entre junio y agosto pasados- los tres meses consecutivos más calientes desde que existen registros.

En 2022, cientos de puntos donde la Organización Mundial de la Salud (OMS) monitorea la calidad del aire midieron niveles de exposición al ozono superiores al nivel máximo admitido, reporta EFE.

El científico Lorenzo Labrador, representante de la OMM, dijo en una conferencia de prensa que es demasiado pronto para predecir si la situación será aún peor el próximo año porque la interrelación y los procesos químicos que vinculan el cambio climático y la contaminación atmosférica no son lineales.

�??Sería incorrecto decir que debido a lo grave que ha sido hasta ahora, es posible anticipar episodios peores de contaminación del aire. Existe una probabilidad, pero no podemos asegurar que así será�?�, aclaró.

En un análisis sobre lo que todo esto significa para América Latina, Labrador comentó a EFE que esta región tiene la ventaja de ser muy grande, muy verde y tener una densidad de población relativamente baja, con centros urbanos que -en su mayoría- no son megaciudades.

�??Por lo tanto, instituir medidas de control de la calidad del aire, específicamente reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, no debería ser tan difícil. Sin duda alguna, los controles de emisiones tendrían impactos positivos casi inmediatos�?�, explicó.

Como en un círculo vicioso, la mala calidad del aire también tiene un efecto negativo en el ecosistema ya que el nitrógeno, el sulfuro o el ozono dañan el medio ambiente y reducen el rendimiento de los cultivos.

La OMM señaló que la pérdida de cultivos debido al ozono representa entre un 4.4 % y un 12.4 % para cultivos básicos; aunque en el caso de la soja y el trigo las pérdidas pueden llegar al 30 % en áreas clave como India y China.

Fuente: LA PATRIA