Tercer oficial chileno condenado por delitos de lesa humanidad se quita la vida antes de ingresar a prisión

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En un escalofriante patrón que se repite, Hernán Chacón Soto se convierte en el tercer oficial chileno en retiro condenado por delitos de lesa humanidad que se quita la vida antes de ingresar a prisión. Este martes, Chacón Soto, uno de los siete condenados por el asesinato del cantautor Víctor Jara, fue encontrado sin vida en su hogar antes de ser trasladado a la cárcel de Punta Peuco.

Según explicó el fiscal Claudio Suazo, el hecho ocurrió cuando funcionarios de la Brigada de Derechos Humanos de la Policía de Investigaciones (PDI) se presentaron en la vivienda del brigadier retirado, de 86 años, para notificarle la resolución judicial y trasladarlo a la cárcel de Punta Peuco, donde debía cumplir la condena de 25 años, impuesta por la Corte Suprema, por los asesinatos de Jara y Quiroga: 15 por homicidio y 10 por secuestro calificado.

La defensa de Chacón Soto sostuvo que durante el juicio que él era un simple mayor del Ejército encargado de la custodia perimetral del Estadio Chile, donde miles de detenidos fueron recluidos tras el golpe de Estado. Sin embargo, la sentencia dictaminó que tenía conocimientos tácticos e influencia en el proceso de interrogatorios, contradiciendo su versión inicial.

Este triste episodio es un sombrío recordatorio de la profunda herida que la dictadura de Pinochet dejó en la sociedad chilena. Previamente, Odlanier Mena, exjefe de la Central Nacional de Informaciones (CNI), la policía secreta de Pinochet y brazo represor de la dictadura, que practicó detenciones ilegales, torturas, asesinatos y participó en la desaparición forzada de personas.

Mena disparó su arma a pocos centímetros de la sien tras conocer que el Gobierno del conservador Sebastián Piñera había autorizado y ordenado el traslado de un grupo de oficiales condenados por violaciones a los derechos humanos desde la prisión militar Cordillera, hasta el penal de Punta Peuco.

SUICIDIOS

El primer militar en suicidarse fue, sin embargo, el general del Ejército Hernán Ramírez Rurange, condenado a prisión en agosto de 2015 por secuestro y asesinato de Eugenio Berríos, un químico y agente de la policía secreta de la dictadura quien había huido a Uruguay en noviembre de 1991 para evitar declarar en el juicio abierto por el asesinato del excanciller Orlando Letelier, perpetrado en Washington en 1976.

Rurange, de 76 años exjefe de la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE), murió en el Hospital Militar de Santiago, al que había sido trasladado en estado grave tras haberse disparado con un revólver calibre 32 a las afueras de su domicilio, donde se hallaba con su esposa, para evitar ingresar en el penal.

Fue condenado a diez años y un día de prisión como autor del delito de secuestro y a otros diez años y un día por asociación ilícita, en tanto fue absuelto del delito de obstrucción a la justicia.

La serie de suicidios refleja el complejo legado de una época marcada por la brutal represión y el abuso de poder. A medida que Chile lucha por reconciliarse con su pasado oscuro, estos trágicos eventos subrayan la importancia de abordar el trauma histórico de manera constructiva, buscar la verdad y la justicia para las víctimas y sus familias.

Fuente: LA PATRIA