Warning: inet_pton(): Unrecognized address in /home/lapatri2/public_html/wp-content/plugins/wordfence/vendor/wordfence/wf-waf/src/lib/utils.php on line 28

Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8
Luis Rogelio Nogueras - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
Loading...
Invitado


Domingo 27 de agosto de 2023

Portada Principal
Cultural El Duende

Luis Rogelio Nogueras

27 ago 2023

Luis Rogelio Nogueras (La Habana, 1944 ?? 1985) Poeta, periodista y guionista cubano. Ha publicado los poemarios: Cabeza de zanahoria (1967), Las quince mil vidas del caminante (1977), Imitación de la vida (1981), El último caso del inspector (1983), Nada del otro mundo (1987) y con el pseudónimo de Guillaume de la Rivière: La forma de las cosas que vendrán. Al lector (1989).

El entierro del poeta

A Víctor Casaus

Dijo de los enterradores cosas francamente

impublicables.

Blasfemaba como un condenado

y a sus pies un par de águilas lloraban pensando

en las derrotas.

En el entierro estaba Lautréamont,

yo lo vi desde mi puesto en la cola:

dejaba el sombrero al borde de la tumba

y cantaba algo triste y oscuro

(lloraba honradamente, ya lo creo, y los

caballos devoraban higos en silencio).

Hubo discursos,

sonrisitas de Rimbaud junto a la cruz,

paraguas abiertos a la lluvia como

a él le hubiera gustado.

Hubo más:

hubo viernes y

canciones funerarias,

palomas que volaban sin sentido, como niños,

versos oscuros,

la hermosa voz de Aragón,

suicidios deportivos de Georgette y nunca más

y hasta siempre.

A la hora más triste del asunto

no quería bajar porque decía que allí estaba

oscuro.

Pero estaba muerto y hubo que bajarlo.

Los sombreros abandonaron las cabezas,

se alzaron copas, adioses, letreros de nunca te

olvidamos.

(Un joven poeta a mi derecha le mesaba las

rodillas a la muerte).

Lo bajaron.

Se aplaudió en forma delirante;

la gente corría como loca asumiendo lo grave

del momento.

Lo bajaban.

Las mujeres lloraban en silencio

porque bajaban las águilas, los sueños, países

enteros a la tierra.

Se intentó una última sentencia:

Nerval se acercó con una tiza y escribió con

letra temblorosa:

Su cadáver estaba lleno de mundo.

Desde el fondo, Vallejo sonreía sin descanso

pensando en el futuro,

mientras una piedra inmensa le tapaba el

corazón y los papeles.

Vida de un poema

El poema nace

mira con ojos asombrados e inocentes su primera

mañana en el mundo

??aún no sabe que lo que le acontece

aconteció ya muchas veces??

El poema balbucea una palabra pura

descubre los objetos cercanos y distantes

toca su propio rostro

sonríe

??aún no sabe que lo que le acontece

aconteció ya muchas veces??

El poema crece

rompe sus juguetes

da unos pasos

cae

vuelve a levantarse

??oye decir que lo que le acontece

aconteció ya muchas veces??

El poema sale a la calle

tiene su amor imposible

su pedazo de dicha y un rencor

??comienza a sospechar que lo que le acontece

aconteció ya muchas veces??

El poema se hace adulto

derriba ídolos de barro

gana amigos y enemigos

se casa fecunda un vientre

??tiene ya casi la certeza de que lo que le acontece

aconteció ya muchas veces??

El poema madura

aprende a comportarse en la mesa

perfila su estilo

suple pasión con experiencia

aprende a hacer posibles los amores imposibles

??está absolutamente seguro de que lo que le acontece

aconteció ya muchas veces??

El poema envejece

mira con paternal ternura

a los jóvenes poemas inexpertos

les envidia en secreto su fuego y desaliño

??no les dice que todo lo que les acontece

aconteció ya muchas veces??

El poema agoniza

mira con ojos tristes y culpables su última

noche en el mundo

??no lo consuela saber

que también su muerte es simple repetición??Suponga que yo estoy escondido de antemano en

el closet

y que usted (tantas cosas que tiene en la cabeza)

no lo nota.

Se acuesta,

toma las dieciséis píldoras del frasco,

hace las últimas llamadas: inútiles,

medita sobre las derrotas, las guerras, Turín (cruda en invierno).

Suponga que usted deja

las gafas en la mesita de noche

y que luego escribe algo en su cuaderno

(letra rápida, pequeña).

Ahora imagine que yo salgo.

Que impido su suicidio.

Cinco, dos, veinticuatro veces

(como en el cine).

Suponga que usted no muere,

suponga que nos damos las manos

y que cometemos pequeñas historias, aventuras habladas

donde las mujeres aman desesperadamente a los poetas

y no hay estar solos, ni desastres, ni trenes aplastados.

Pero no.

Yo estoy en mi cuarto y usted está en el suyo.

Yo no trato de impedir nada

y usted se toma las pastillas.

Yo dejo su libro en la mesita de noche y trato en vano de dormirme

y viene la muerte y tiene sus ojos.

Se acabaron los poemitas lacrimógenos

las noches de insomnio

los dos paquetes de cigarrillos al día

la falta de apetito

el mal humor

las miradas perdidas en el aire

detrás de moscas invisibles o musarañas.

Se acabaron los dibujitos abstractos

en el mantel con la punta del cuchillo

la palidez

los polvorientos sonetos con estambre al estilo de Navarro

las miradas ansiosas al teléfono

el mudo interrogatorio al cartero

A partir de hoy todo va a cambiar

¿Te fuiste con tus lindos ojos azules?

Mala suerte

Que te vaya bien

(y los hermosos ojos azules

te los puedes meter en tu inolvidable culo)

Arte poética

Ahora sé

que el poema, antes de ser las líneas trazadas

con prisa,

es la conversación en el café,

la sonrisa azul de Blanca Luz,

la muerte de este hombre,

el apretón de manos o la vida entre dos.

Ahora sé

que trazar estas líneas

no es

sino la forma última de hacer la poesía,

el último acto del poema,

la función de trasplantar la vida a la hoja.

La poesía empieza en todas partes

y termina siempre en los papeles.

Materia de poesía

Qué importan los versos que escribiré después

ahora

cierra los ojos y bésame

carne de madrigal

deja que palpe el relámpago de tus piernas

para cuando tenga que evocarlas en el papel

cruza entera por mi garganta

entrégame tus gritos voraces

tus sueños carniceros

Qué importan los versos donde fluirás intacta

cuando partas

ahora dame la húmeda certeza de que estamos vivos

ahora

posa intensamente desnuda

para el madrigal donde sin falta

florecerás mañana

El poeta portorriqueño Egardo Nieves Mieles dice de Nogueras: (El) 6 de julio de 1985, desencarnó del plano material Luis Rogelio [Rodríguez] Nogueras (también conocido como ??Whichy el Rojo? a causa de su color de cabellera), destacado poeta, narrador, guionista y periodista cubano. Los elementos lúdicos y la complicidad intertextual distinguen su quehacer poético. Con su obra me ocurre lo mismo que con las de otro puñado de artesanos de la palabra: no puedo dejar de regresar a ellas. Así me la paso una y otra vez consumiendo esos mágicos jarabes de palabras: Enrique Molina, Olga Orozco, Alejandra Pizarnik, Blanca Varela, Anne Sexton, Jorge Eielson, Jaime Sabines, Fayad ??El Moro? Jamís, Roque Dalton, Juan Luis Panero, Rafael Vargas [Escalante], Eugenio Montejo, Silvia Tomasa Rivera, Luis Suardíaz, ?scar Hahn, Eduardo Lizalde, Gloria Fuertes, Jorge Teillier, Rafael Arráiz Lucca, entre otros. Y por supuesto, los Brujos Mayores de la palabra: Vallejo, Neruda, Lorca, Rimbaud, Pessoa, Cavafis, Blake, cummings, Williams, Whitman, Cernuda, Baudelaire.

Para tus amigos: