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Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 Luis Rogelio Nogueras - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
Luis Rogelio Nogueras (La Habana, 1944 ?? 1985) Poeta, periodista y guionista cubano. Ha publicado los poemarios: Cabeza de zanahoria (1967), Las quince mil vidas del caminante (1977), Imitación de la vida (1981), El último caso del inspector (1983), Nada del otro mundo (1987) y con el pseudónimo de Guillaume de la Rivière: La forma de las cosas que vendrán. Al lector (1989).
El entierro del poeta
A Víctor Casaus
Dijo de los enterradores cosas francamente
impublicables.
Blasfemaba como un condenado
y a sus pies un par de águilas lloraban pensando
en las derrotas.
En el entierro estaba Lautréamont,
yo lo vi desde mi puesto en la cola:
dejaba el sombrero al borde de la tumba
y cantaba algo triste y oscuro
(lloraba honradamente, ya lo creo, y los
caballos devoraban higos en silencio).
Hubo discursos,
sonrisitas de Rimbaud junto a la cruz,
paraguas abiertos a la lluvia como
a él le hubiera gustado.
Hubo más:
hubo viernes y
canciones funerarias,
palomas que volaban sin sentido, como niños,
versos oscuros,
la hermosa voz de Aragón,
suicidios deportivos de Georgette y nunca más
y hasta siempre.
A la hora más triste del asunto
no quería bajar porque decía que allí estaba
oscuro.
Pero estaba muerto y hubo que bajarlo.
Los sombreros abandonaron las cabezas,
se alzaron copas, adioses, letreros de nunca te
olvidamos.
(Un joven poeta a mi derecha le mesaba las
rodillas a la muerte).
Lo bajaron.
Se aplaudió en forma delirante;
la gente corría como loca asumiendo lo grave
del momento.
Lo bajaban.
Las mujeres lloraban en silencio
porque bajaban las águilas, los sueños, países
enteros a la tierra.
Se intentó una última sentencia:
Nerval se acercó con una tiza y escribió con
letra temblorosa:
Su cadáver estaba lleno de mundo.
Desde el fondo, Vallejo sonreía sin descanso
pensando en el futuro,
mientras una piedra inmensa le tapaba el
corazón y los papeles.
Vida de un poema
El poema nace
mira con ojos asombrados e inocentes su primera
mañana en el mundo
??aún no sabe que lo que le acontece
aconteció ya muchas veces??
El poema balbucea una palabra pura
descubre los objetos cercanos y distantes
toca su propio rostro
sonríe
??aún no sabe que lo que le acontece
aconteció ya muchas veces??
El poema crece
rompe sus juguetes
da unos pasos
cae
vuelve a levantarse
??oye decir que lo que le acontece
aconteció ya muchas veces??
El poema sale a la calle
tiene su amor imposible
su pedazo de dicha y un rencor
??comienza a sospechar que lo que le acontece
aconteció ya muchas veces??
El poema se hace adulto
derriba ídolos de barro
gana amigos y enemigos
se casa fecunda un vientre
??tiene ya casi la certeza de que lo que le acontece
aconteció ya muchas veces??
El poema madura
aprende a comportarse en la mesa
perfila su estilo
suple pasión con experiencia
aprende a hacer posibles los amores imposibles
??está absolutamente seguro de que lo que le acontece
aconteció ya muchas veces??
El poema envejece
mira con paternal ternura
a los jóvenes poemas inexpertos
les envidia en secreto su fuego y desaliño
??no les dice que todo lo que les acontece
aconteció ya muchas veces??
El poema agoniza
mira con ojos tristes y culpables su última
noche en el mundo
??no lo consuela saber
que también su muerte es simple repetición??Suponga que yo estoy escondido de antemano en
el closet
y que usted (tantas cosas que tiene en la cabeza)
no lo nota.
Se acuesta,
toma las dieciséis píldoras del frasco,
hace las últimas llamadas: inútiles,
medita sobre las derrotas, las guerras, Turín (cruda en invierno).
Suponga que usted deja
las gafas en la mesita de noche
y que luego escribe algo en su cuaderno
(letra rápida, pequeña).
Ahora imagine que yo salgo.
Que impido su suicidio.
Cinco, dos, veinticuatro veces
(como en el cine).
Suponga que usted no muere,
suponga que nos damos las manos
y que cometemos pequeñas historias, aventuras habladas
donde las mujeres aman desesperadamente a los poetas
y no hay estar solos, ni desastres, ni trenes aplastados.
Pero no.
Yo estoy en mi cuarto y usted está en el suyo.
Yo no trato de impedir nada
y usted se toma las pastillas.
Yo dejo su libro en la mesita de noche y trato en vano de dormirme
y viene la muerte y tiene sus ojos.
Se acabaron los poemitas lacrimógenos
las noches de insomnio
los dos paquetes de cigarrillos al día
la falta de apetito
el mal humor
las miradas perdidas en el aire
detrás de moscas invisibles o musarañas.
Se acabaron los dibujitos abstractos
en el mantel con la punta del cuchillo
la palidez
los polvorientos sonetos con estambre al estilo de Navarro
las miradas ansiosas al teléfono
el mudo interrogatorio al cartero
A partir de hoy todo va a cambiar
¿Te fuiste con tus lindos ojos azules?
Mala suerte
Que te vaya bien
(y los hermosos ojos azules
te los puedes meter en tu inolvidable culo)
Arte poética
Ahora sé
que el poema, antes de ser las líneas trazadas
con prisa,
es la conversación en el café,
la sonrisa azul de Blanca Luz,
la muerte de este hombre,
el apretón de manos o la vida entre dos.
Ahora sé
que trazar estas líneas
no es
sino la forma última de hacer la poesía,
el último acto del poema,
la función de trasplantar la vida a la hoja.
La poesía empieza en todas partes
y termina siempre en los papeles.
Materia de poesía
Qué importan los versos que escribiré después
ahora
cierra los ojos y bésame
carne de madrigal
deja que palpe el relámpago de tus piernas
para cuando tenga que evocarlas en el papel
cruza entera por mi garganta
entrégame tus gritos voraces
tus sueños carniceros
Qué importan los versos donde fluirás intacta
cuando partas
ahora dame la húmeda certeza de que estamos vivos
ahora
posa intensamente desnuda
para el madrigal donde sin falta
florecerás mañana
El poeta portorriqueño Egardo Nieves Mieles dice de Nogueras: (El) 6 de julio de 1985, desencarnó del plano material Luis Rogelio [Rodríguez] Nogueras (también conocido como ??Whichy el Rojo? a causa de su color de cabellera), destacado poeta, narrador, guionista y periodista cubano. Los elementos lúdicos y la complicidad intertextual distinguen su quehacer poético. Con su obra me ocurre lo mismo que con las de otro puñado de artesanos de la palabra: no puedo dejar de regresar a ellas. Así me la paso una y otra vez consumiendo esos mágicos jarabes de palabras: Enrique Molina, Olga Orozco, Alejandra Pizarnik, Blanca Varela, Anne Sexton, Jorge Eielson, Jaime Sabines, Fayad ??El Moro? Jamís, Roque Dalton, Juan Luis Panero, Rafael Vargas [Escalante], Eugenio Montejo, Silvia Tomasa Rivera, Luis Suardíaz, ?scar Hahn, Eduardo Lizalde, Gloria Fuertes, Jorge Teillier, Rafael Arráiz Lucca, entre otros. Y por supuesto, los Brujos Mayores de la palabra: Vallejo, Neruda, Lorca, Rimbaud, Pessoa, Cavafis, Blake, cummings, Williams, Whitman, Cernuda, Baudelaire.
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