Sábado 02 de junio de 2012
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Dijo el Salvador:
“No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan;
“sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan:
“Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”1.
En nuestros momentos de profunda reflexión o de gran necesidad, el alma del hombre se dirige hacia el cielo buscando una respuesta divina a las preguntas más importantes de la vida: ¿De dónde vinimos? ¿Por qué estamos aquí? ¿Adónde vamos después de dejar esta vida?.
Thomas S. Monson Presidente de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días / Jason Michel / Santos de los Últimos Días
Fuente: LA PATRIA