Este, 2 de junio, el Reino Unido festeja a lo grande el inicio del 60 aniversario de la ascensión al trono de su actual majestad Elizabeth II. Ella heredó el cargo al morir su padre el rey George VI el 6 de febrero de 1952, pero su coronación (la primera televisada en la historia mundial) se dio el 2 de junio de 1953.
Hoy por todo Reino Unido se ven banderas y adornos patrióticos británicos. Es más, ella y todo lo que tiene que ver con ella (incluyendo sus perros), son tratados como un símbolo nacional.
La identificación de toda una nación con una persona o con una familia es algo inaudito en una república democrática, pero ésta es una de las claves de la estabilidad británica.
El Reino Unido es la única potencia que en sus 3 de siglos de vida nunca ha conocido una guerra civil o una ocupación extranjera, y también que ha mantenido ininterrumpidamente un Parlamento. Esto, en parte, se ha debido a su capacidad de amoldar el tradicionalismo feudal con modernizaciones tecnológicas, económicas y políticas.
Mientras en el resto de Europa las noblezas han sido depuestas temporal o definitivamente por revoluciones, la británica ha mantenido muchos de sus privilegios y el control de la no electa Cámara Alta.
En Inglaterra y Gales, la justicia no se basa en un Código o una Constitución con normas, sino en cortes reales subordinadas a la monarquía. Las Fuerzas Aéreas de su país no tienen el apelativo de "Nacionales" o "Británicas" sino "Reales".
A pesar de que su posición y su vasta fortuna provienen de un pasado feudal y totalitario, la monarquía británica es muy popular en su país (y en el mundo) gracias a que se mantiene distante del ejercicio directo del poder dejando que hasta los socialistas puedan gobernar Londres, en tanto que fue el pilar de la revolución industrial y se esfuerza en renovarse constantemente.
Elizabeth II y su padre fueron quienes presidieron el proceso de descolonización que más humanos ha afectado, y todo ello evitando una ruptura violenta como la que se dio entre España e Hispanoamérica haciendo que ella hoy presida la mayor mancomunidad de naciones (la Commonwealth que agrupa a 54 de los 193 miembros de Naciones Unidas y a un cuarto de la población global).
Ella es la mujer más poderosa del mundo. La suma de territorios de las 16 naciones que ella regenta es mayor a la de cualquier país del mundo.
Pese a que se le suele presentar en fotos familiares o con un rastro de abuela bonachona, Elizabeth II es la única mandataria en la historia mundial que ha heredado teniendo a su disposición cientos de cabezas nucleares. Ella, a su vez, puede declarar una guerra sin pasar por su respectivo Parlamento.
(*) Analista internacional
www.bigio.org
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