Consejos de un papá

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En tiempos de salud

Queridos hijos:

Cuiden su salud, como el bien más preciado de su vida. Sin salud no podrán tener plenitud en el conocimiento de la vida. Cuiden su salud, como una forma de recompensa al universo por su deseo de existir. Su existencia en el cosmos depende mucho de ese soplo divino que se llama vida, y que mamá se los dio. La vida como la salud, vienen de Dios.

Cuiden de su cuerpo como de su alma. El cuerpo de una persona es el santuario de Dios, que habita a través del alma que lo mueve. Cuerpo y alma dan plenitud a sus deseos de vida. Sean agradecidos con la vida cuidando su salud.

Dediquen tiempo al trabajo, que trabajar proporciona salud al cuerpo; dediquen tiempo al deporte, que el deporte proporciona salud al cuerpo, dediquen tiempo al estudio, que el estudio proporciona salud al intelecto. Dediquen tiempo al arte, porque el arte proporciona salud a las emociones y al cuerpo.

Tengan siempre pensamientos positivos. Tengan siempre sentimientos positivos y emociones positivas, que la educación de las emociones proporciona salud al cuerpo, lo mantiene sano y libre de depresiones, libre de vanidad, libre de pereza.

Ejerciten matemáticas, practiquen su lenguaje, investiguen las ciencias naturales y conocerán la maravilla de la vida. Estudien las ciencias sociales que con la historia podrán conocer de su pasado que ha dado origen a su presente.

Hagan buenas lecturas cotidianas de buena poesía, de cuentos fantásticos, de novela romántica. Lean la Biblia porque su palabra les acercará a Dios en el cielo; lean noticias que les acercarán al hombre en la tierra; sin embargo, tengan mucho cuidado y buen criterio con las malas noticias. Las malas noticias pueden afectar

Escuchen buena música, las grandes sinfonías muestran lo sublime que tiene la humanidad y su existencia. Escuchen canciones de amor, de honor y de valor, y no escuchen canciones de rencor ni aquellas que llevan al licor. Escuchen el silencio, que les ayudará a encontrar la melodía interior, escuchen los coros de los niños y los bailes de los matrimonios. Recuerden que ahí donde reina la alegría, está la salud. Donde suena la música suena el ritmo universal.

Dediquen tiempo a la risa, que es sana y divertida, la risa ayuda al cuerpo y al alma. Oigan la risa contagiosa de los bebés, la risa inocente de los niños, la risa alegre de las mujeres felices que aman a sus esposos. Oigan la risa de los hombres buenos y pacíficos. Oigan la risa de las mujeres felices en su hogar. Vean la sonrisa de personas que muestran simpatía. Sonrían a la vida.

Dediquen tiempo a la limpieza de su cuerpo. Bañar el cuerpo es el mejor de los caminos para asear su alma. Purifíquenlo, perfúmenlo, úntenlo con cremas y aceites aromáticos. Cuiden su cabello y su piel. El aseo y la presentación es una forma de respeto y estima personal, una forma de respeto y estima a las personas con las que vives y convives.

Limpia tu mente de pensamientos impuros, de deseos no gratos. Evita pensar mal y evitarás dormir mal o tener pesadillas. Piensa en positivo, con fe, con esperanza, con convicción. Los malos pensamientos no tienen cabida en un cuerpo sano y limpio. Limpia tu mente de recuerdos malos, olvídalos, perdónalos. Es mejor que los separes con cuidado y como arte de magia se desvanecerán. El olvido es la mejor forma de perdonar y el perdón la mejor forma de olvidar.

Limpia tu corazón de malos sentimientos y emociones negativas. Un corazón sano es alegre y alegra a las personas. Las emociones malas son virulentas y contagiosas. Limpia tu corazón de rencores y resentimientos que no te dejan progresar en los verdaderos sentimientos que valen oro.