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La kiswara y el dios Huasa Mallku - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
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Domingo 30 de julio de 2023

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Cultural El Duende

La kiswara y el dios Huasa Mallku

30 jul 2023

(Leyenda aymara) Lidia Castellón de Condarco

En el panteón aymara, uno de los dioses más importantes es Huasa Mallku. Por sen?orear sobre todas las especies silvestres. Los zorros vienen a ser sus perros. Vicun?as y guanacos le sirven como animales de carga. Huasa Mallku es representado como un personaje magro, de alta estatura y cabello encanecido. Ama la soledad y la busca en los parajes más agrestes de la cordillera o en las intérminas llanuras del planalto.

Durante un invierno, Huasa Mallku realizaba una larga travesía por los dominios de que era indiscutible sen?or. Se aproximó hasta las vecindades de una aldea de los Urus. Observó que próximo a él se encontraba un bosquecillo de kiswaras, las que habían perdido, por el rigor del invierno, todo su follaje. Poco amparo podían prestar al dios viajero con sus ramas. Huasa Mallku se acercó a la kiswara más robusta; apoyó su cayado en el tronco a cuyo pie sentóse a reposar. Con la espalda apoyada en el árbol y vencido por la fatiga, el solitario dios fuese quedando profundamente dormido.

Cerca al bosquecillo de kiswaras, se veían unas colinas cubiertas por una gran variedad de cactus. Millones de hormigas poblaban las colinas donde encontraban, al mismo tiempo, refugio y sustento. El sol fue recorriendo el cielo aproximándose al cenit, simultáneamente las hormigas, abandonando sus refugios fueron desplazándose, formando verdaderas oleadas, hasta donde se encontraba el dios Huasa Mallku, al que, aprovechando el profundo suen?o que lo embargaba, le produjeron innúmeras picaduras.

Pasó un buen rato antes de que el dios saliese de su profundo sopor y se percatase de lo que le acontecía. Incorporóse de inmediato, sacudiendo su vestidura para deshacerse de los atrevidos insectos.

Entonces, con voz tonante y ganado por la más grande indignación, Huasa Mallku sentenció:

-¡Ah, hormigas irreverentes, por vuestro atrevimiento, desde este momento, quedaréis convertidas en granos de arena. El viento de la puna no os dará reposo, batiéndoos todos los días, hasta el final de los tiempos!

Dicho esto por el dios de las bestias y las soledades, inmediatamente los millones de hormigas se convirtieron en arena, formando así los arenales próximos a la serranía de Uru- Uru.

A continuación de aquello, dirigiéndose a la kiswara en cuyo tronco había reposado, le dijo:

-¡Tú, árbol andino, que te mostraste generoso y acogedor con el viejo dios Huasa Mallku, desde este instante te poblarás de un profuso y hermoso follaje, cuyas hojas permanecerán hermosas y verdes por siempre, en todas las estaciones del an?o!

Inmediatamente el desnudo arbolillo se pobló de un follaje denso y brillante, con hojas gruesas, con el haz de un hermoso verde oscuro y el envés de un tono plomizo.

Este es el origen de que la kiswara sea un bellísimo árbol de hoja perenne.

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