Doble vía bombardeada

Quizás sea un tema muy recurrente y frecuente en esta columna, sin embargo, mientras más tiempo pasa desde la construcción de las dobles vías, sobre todo la que va de Oruro a La Paz y viceversa, está cada vez más llena de huecos, que en las noches pueden resultar peligrosos, en el día son, cuando menos, una molestia.

Hablando de esta vía, el peaje, que se cobra en dos puntos de la carretera, de ida o de vuelta cuesta Bs. 9 uno y Bs. 8 el otro, haciendo un total de Bs. 17, no parece mucho, pero multiplicado por los vehículos qué pasan por esos puntos hacen miles de bolivianos por día.

Se supone que esos peajes se cobran para mantener la carretera en buen estado, pero sólo en algunos lugares se colocaron parches y el estado de las vías, es decir de ida y de vuelta, es lamentable porque la mayor parte del camino está llena de huecos.

Ahora, la vía a Cochabamba tiene características diferentes, pues además de tener tramos con muchas curvas, subidas y bajadas, zonas geológicamente inestables, zonas de derrumbes, de cerros y montañas, la carretera que va hasta La Paz es más recta, tiene pocas curvas, con subidas y bajadas leves, pero mucho tráfico de vehículos pesados que destrozan poco a poco el asfalto.

Al ser los motorizados que más dañan el asfalto, quizás sería bueno cobrar tarifas diferenciadas para los pequeños carros, menos, y para los grandes y más pesados, algo más para que contribuyan al mejoramiento de las vías.

De todos modos, el peaje que se cobra en la carretera hacia Cochabamba es de Bs. 4 y Bs. 6, en cada punto; y Bs. 7 y 4 en los puntos de peaje de regreso hacia Oruro, sin embargo, ese camino no es doble vía de principio a fin sino solamente en el tramo Caihuasi - Confital, que es como la mitad del kilometraje total desde una ciudad a la otra.

Una dificultad que se presenta en este caso es que una empresa está encargada del cobro del peaje, y otra, del mantenimiento de las carreteras, por lo tanto, los usuarios no pueden reclamar en el punto de cobro de peaje por el estado en que se encuentran las vías, porque quienes las reparan no se enteran de dichos reclamos.

Es importante que las autoridades o los funcionarios involucrados con este tema tomen cartas en el asunto y piensen en reparar tramos más grandes, quizás de dos en dos kilómetros para que no sean sólo parches que a veces hasta resultan un riesgo para los conductores, porque empujan las llantas de los carros y los desestabilizan, o no tienen pintada la señalización horizontal y confunde a los chóferes.