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Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 Santas anécdotas - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
San José de Oruro, actualmente duerme el ??sueño de los justos? por intereses de algunas personas y de grupos pequeños, que quieren verlo así por la eternidad, Sin embargo, es necesario recodar una serie de anécdotas que, a lo largo de historia, marcaron la vida de esta institución.
Por ese motivo es que queremos retrotraer a la mente de quienes vivieron esos momentos, las epopeyas de un club de fútbol que aún vive en el corazón de los verdaderos hinchas, quienes por nada del mundo permitirán que su legado desaparezca de un plumazo, como se intenta hacerlo.
NARIZ
Según contó una vez el recordado Néstor Palacios, en un partido entre San José y Bolívar, el jugador ??santo? Jorge Cox sufrió por el codazo que alguien le dio, una fractura en la nariz, fue así que volvió a Oruro, una vez en la ciudad de origen, le obligaron a entrenar.
Cuando le dieron el balón alguien remató con tal fuerza que le dio en el rostro de Cox, enrectándole la nariz, motivo por el cual fue salvado de que sea intervenido quirúrgicamente.
BIMOTOR
En una ocasión, de acuerdo a la versión de Lucio Jáuregui, San José viajó a Santa Cruz de la Sierra a definir contra Oriente Petrolero, una plaza a la siguiente fase del torneo. Entonces el equipo subió en Oruro a un avión bimotor. Al decolar falló uno de los motores, por lo que el avión del equipo tuvo que retornar al aeropuerto.
Después de un tiempo volvieron a viajar en avión y al llegar al aeropuerto de Santa Cruz, eran esperados por los jugadores de Oriente Petrolero. Lo primero que hicieron fue preguntar acerca del percance, entonces, uno de los dirigentes les respondió. Casi clasifican.
ACCIDENTE
Uno de los hechos más tristes del equipo santo no se dio en el campo de juego, sino fuera. Fue en el siglo pasado, San José viajó a Cochabamba a jugar un partido contra Wilstermann, en aquella ocasión el equipo orureño ganó por un gol a cero. Debido a la euforia que causó dicha victoria, lo hinchas ??santos? en esa ciudad, decidieron festejar a los jugadores.
Aquel hecho hizo que pierdan el vuelo que estaba preparado, sólo subieron al avión dirigentes del plantel. El avión partió después del partido, pero nunca llegó a destino porque a los pocos minutos de despegar se estrelló en el sector de Ch??alla. No hubo sobrevivientes.
En el accidente fallecieron Hugo Peláez Peña, el doctor Villavicencio, Julio Aguirre, el ingeniero Arce y José López Rivas.
VIRGEN
La barra de San José está diseminada por todos los alrededores del país y organizada según los maneje el presidente de la barra. Por el año 2000, asumió la presidencia de la barra de San José en Santa Cruz, el orureño Edgar Fuentes Villarroel, es así que iban cada vez que el equipo llegaba a esa ciudad a alentarlos. Iban muy bien uniformados con las caras pintadas, banderas y por su puesto con la casaca del equipo de sus amores.
Como orureños en esa lejana tierra, también llevan adelante una serie de costumbres y tradiciones, como su devoción a la Virgen del Socavón, realizando una serie de veladas y preparativos para el Carnaval de Oruro, como de la Fiesta de la Candelaria, que se celebra cada 2 de febrero.
En una ocasión en el año 2000, decidieron llegar a la ciudad natal con el único fin de mostrar su admiración a la Virgen del Socavón y fue que decidieron hacer la entronización de la Patrona de los orureños en el subterráneo de una plaza de la ciudad de Oruro. La gente se emocionó hasta las lágrimas.
CANDADITO
En una oportunidad, según recordó el exjugador santo Pedro Vargas, hubo un partido de fútbol en el que participaron ??los húngaros?. El árbitro cobró un tiro libre y el equipo rival decidió colocar en la barrera a un solo jugador. El remate fue realizado por Humberto Murillo, quien con un potente remate derribó al único jugador de la barrera.
Cuando éste estaba tendido en el piso se acercó Murillo para cantarle: ??Candadito de mi pecho, llave de mi corazón??, es así que desde entonces, ese jugador derribado se ganó el apodo de ??candadito?.
PUGILISTA
Según contó en una oportunidad, Gregorio Silez que cuando llegaban los jugadores argentinos a quienes les decían ??gauchos? estaban acostumbrados a humillar a los jugadores locales, pero lo que no sabían es que el relatante sabía pelear.
En una oportunidad viajaron a La Paz y los alojaron en el Hotel Italia. En un momento de descanso Gregorio se fue al cine junto a otro compañero, sin embargo, al volver se encontraron con sus amigos que estaban un poco tomados y otras personas ebrias, que intentaban pegar a los argentinos Honores y Marcilla, quienes escapaban.
Entonces Gregorio se hizo cargo de los agresores, quienes con dos puñetazos quedaron tumbados en el suelo. Desde entonces se conoció que peleaba bien, ganándose el respeto de todos. Esa así que Humberto Murillo y los otros lo llamaban con cariño ??ch??aki mayitu? en lugar de ??ch??aki mayu? y a Primo ??Ch??uniputisito? en lugar de ??chuño?.
DENTADURA
De la misma memoria de Gregorio Silez contó que en una oportunidad San José fue a jugar un cuadrangular contra Bolívar, The Strongest y Wilstermann. En ese campeonato el equipo santo salió campeón, pero la final fue contra Wilstermann a quien le ganaron el partido en Cochabamba.
Sin embargo, en una de las jugadas cuando el equipo era arremetido por su rival, Silez fue a despejar la pelota con cabeza en forma muy complicada, simultáneamente Ausberto Aguilar iba en contra suya dándole un puntapié en la boca, haciéndole tragar su dentadura, situación que lo dejó en el hospital durante tres días.
Posteriormente, el director técnico del equipo les dio la oportunidad de escoger si volvían por tierra o por aire, así que los jugadores decidieron volver en avión.
Cuenta que en el trayecto los jugadores vibraron por San José el equipo de Vanderven, muchos llevaban chicha en damajuanas, por lo que luego se escuchó un fuerte bullicio dentro del avión y un cántico que decía:
??San José el equipo de
Vanderven,
una gambeta, un cabezazo,
vaya cantando el primer gol?.
Querie leison, cristie leisón
¿Y ahora qué dices,
quién es el campeón?
La bulla continuaba dentro del avión, era ensordecedora y no era para menos, porque no era para menos la alegría por haber obtenido el campeonato en ese cuadrangular jugado en Cochabamba, y la fiesta continuaba con los cánticos:
Aleluya dijo el cura, aleluya dijo el cura,
los santos entran en cancha (bis).
El sacristán le dijo amén, (bis)
es el equipo de Vanderven. (bis)
En lo mejor de la fiesta, el avión ingresó a un vació, por lo que todos los pasajeros ingresaron en pánico, seguido de un silencio total, hasta que llegaron al aeropuerto ??Juan Mendoza? de la ciudad de Oruro.
MAMÁ
Cuando Silez jugó en San José, su primer salario fue de 250 bolivianos, que para él era mucho dinero. Cuando trabajaba en la mina de Siglo XX, recibía un salario entre 20 a 30 bolivianos. Motivo por el cual decidió comprar varios regalos para su mamá, pese a eso no podía terminar su dinero.
En Siglo XX tenía 14 sobrinos y compró para todos 14 pelotas de fútbol y a su mamita le entregó el resto del dinero, diciéndole que todo era para ella, fruto del trabajo que realizaba en Oruro, jugando en San José. Su viejita lo abrazó y le bendijo, en medio de una emoción indescriptible.
Su cuñado le preguntó de dónde sacó tanto dinero, porque él ni en un año podía sacar esa cantidad.
ARQUEROS
Cuenta Jorge Arce Vargas que los arqueros tenían miedo a los remates de Humberto Murillo, denominado el ??cañonero? por sus fuertes remates de pierna izquierda.
Una de sus víctimas fue Arce, quien en esa oportunidad defendía el arco de Oruro Royal. Si bien tapó el tiro de Humberto, sintió un fuerte dolor en el estómago y no recordó más qué había sucedido.
Al recobrar el sentido estaba en medio de varias personas fuera de la cancha, le dieron agua y sentía un olor a éter, que presume le dieron en la nariz para que reaccione. El remate lo había recibido a la altura del vientre cuando estaba al costado derecho de su arco. Era solo un entrenamiento que realizaba cuando estaba en la cancha del equipo royalista. Sin embargo, Arce no fue la única víctima de Murillo, muchos otros guardametas sufrieron los embates de semejantes remates.
Las anécdotas fueron adaptadas y tomadas del libro de Eddy Paravicini Ramos: ??Rescatando la memoria colectiva ?? San José?
Fuente: Periodista LA PATRIA
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