Profesor no es lo mismo que maestro

Ayer en todo Bolivia se festejó el Día del Maestro, la palabra se usa como sinónimo de profesor o docente, pero no significan lo mismo; el profesor es quien imparte una materia para la cual ha estudiado es decir es un transmisor de conocimientos, en cambio un maestro es aquel al que se le reconoce una habilidad extraordinaria en la materia que instruye.

No se puede llamar maestro a quien sólo repite lecciones, sin investigar nada nuevo, ni mejorar el material que imparte a sus alumnos, es por eso que para muchos el 6 de junio debería ser el día del profesor y no del maestro.

Más allá de las diferencias entre lo que significa un término y el otro, se tienen distinciones entre tipos de aprendizaje y por supuesto en la manera de enseñar. El tipo receptivo es el que tradicionalmente se enseña en las escuelas, es de tipo vertical, en que el docente mete información en la mente de los estudiantes, pero no existe razonamiento ni descubrimiento.

Por otra parte, para abrirse a nuevos conocimientos, es importante que el niño tenga actividades en las que se divierta, por lo que, contrario a lo que se cree, se debe comenzar con ejercicios de deporte, lúdica y música, después recién comenzar con actividades de lógica matemática y de razonamiento.

Algunos docentes se preparan para impartir conocimientos más allá del aula, por lo que además de practicar con maestría sus habilidades, otorga al estudiante una formación integral, es decir, se da cuenta que está formando seres humanos y no robots que van a repetir todo lo que éste les diga.

La repetición no está mal en tanto que ayuda a fijar conocimientos, pero una educación integral involucra valores, afectos, emociones, es decir, concurren los diferentes tipos de inteligencia.

Los maestros que van más allá del pizarrón y de las aulas, qué conocen a los alumnos, que los orientan en diferentes aspectos de la vida, esos son los que valen oro y a quienes da gusto celebrar, pero cuando alguno enseña de mala gana y está en el aula por la paga y por cumplir un horario, lo cierto es que no dan ganas de festejarle nada.

Sin embargo, las condiciones de la educación en Bolivia deben mejorar en diferentes ámbitos, no sólo en cuanto a infraestructura, también en contenido y enfoque, es necesario mejorar la currícula, no tergiversando por seguir la moda del nuevo orden mundial, sino dejar que los niños sean niños.

Asimismo, se debe cuidar la alimentación de los niños, ya que se les da como premio muchos caramelos, sin tomar en cuenta que el dulce es como una droga o un veneno para ellos, no les hace bien y que se debe balancear su dieta con proteínas y verduras, y en menor cantidad algunos carbohidratos para no inflamar su organismo, y que estén más despiertos, con mayor energía y puedan razonar mejor.