Un día importante para el planeta

Con plantones, desfiles, mostrando manualidades de material reutilizable y de muchas otras maneras, miles o millones de personas celebraron el Día Mundial del Reciclaje, este 17 de mayo, importantes actividades para concienciar a las personas sobre el daño que hacen algunos materiales al medio ambiente.

Sin ir lejos, tenemos por ejemplo en Oruro el lago Uru Uru lleno de botellas PET que contaminan el agua y han ahogado prácticamente la fauna y flora acuáticas de este humedal, y las botellas solamente son el lado visible de la contaminación porque el lago también está lleno de bolsas y envases plásticos difíciles de degradarse

en el tiempo.

Y pese a haberse limpiado el lago y también haber concienciado a la población sobre lo dañino que es el plástico de un solo uso, la gente continúa consumiendo este material en grandes cantidades.

Lo que se puede hacer es imitar los buenos ejemplos y tenemos uno excelente en la ciudad de El Alto, donde se están fabricando ladrillos ecológicos a partir del tereftalato de polietileno o PET, y se están usando en la construcción de casas económicas y atemperadas, ideales para el frío del altiplano.

Chuxña Uta o Casa Verde, es un emprendimiento de jóvenes alteños que utilizan botellas PET trituradas y convertidas en una pasta, la que luego se modela para formar una especie de lego en tamaño natural para construir casas, su creador asegura que ayuda a aislar los ambientes del frío altiplánico y en ciudades como Santa Cruz mantiene el ambiente más fresco, sin necesidad de ventiladores.

En el pasado habíamos visto esta práctica en el exterior del país, sin embargo, ahora podemos apreciarla en una de las ciudades más grandes de Bolivia, donde existe mucha pobreza y las viviendas de estas características les favorecen mucho y les ayudan a mejorar su calidad de vida.

Además, de esta manera podemos deshacernos de unas tres mil toneladas de plásticos o más, de los rellenos sanitarios, ya que esa cantidad de PET se utiliza en la elaboración de ladrillos que sirven para fabricar viviendas.

En El Alto aún se tiene la fabricación de estos bloques para construcción artesanales, pero en Santa Cruz ya se realizan a escala industrial, como siempre, una sugerencia es que la universidad se encargue de investigar y compartir con la sociedad los beneficios.

Mientras tanto los ciudadanos de a pie haciendo activismo, organizarán otro tipo de actividades que llamen a la conciencia de las personas, para evitar la contaminación de nuestro planeta y por ende su destrucción; además, utilizando cada vez menos plástico de un solo uso y reemplazándolo por materiales amigables con el medio ambiente.