EDITORIAL

Mayo ha sido un mes especial, pero lo es más cuando estamos a poco de recordar uno de los días más importantes para la mayoría de los hijos, como es la celebración del Día de la Madre Boliviana.

Sin duda esta fecha al margen de ser histórica porque se emula a las Heroínas de la Coronilla que tuvieron un rol preponderante en la Guerra de la Independencia, es muy significativa porque se homenajeará al ser más sublime que pisa la faz de la Tierra.

Hablar de la madre es como hablar de la Galaxia, los conceptos son interminables y no alcanzan nuestras palabras para expresar lo que sentimos por ellas.

Es impresionante cómo una mujer, llamada mamá, tiene la fuerza y la capacidad de cien mil máquinas, lo puede hacer absolutamente todo e incluso logra cosas imposibles, con ese amor que le caracteriza para brindar a sus hijos.

Su mirada tierna al momento de tenernos en sus brazos cuando nacemos, hace que desde el primer momento en que llegamos a este mundo, nos sintamos seguros. La dedicación al criarnos es sencillamente incomparable, y cuando estamos delicados de salud, no duerme con tal de velar nuestra integridad.

Muchas veces sacrificó un pan que era para ella, con tal de vernos sonreír tras llorar del hambre que invadía nuestros seres. Su vigilia, su preocupación constante muchas veces no es aceptada por el hijo cuando crece, porque pensamos que no nos deja independizarnos, pero lo único que ella hace es cuidarnos para que no nos pase nada malo, y siempre nos llamará “bebés” así ya estemos en la recta final de nuestras vidas.

Así es ella, quien debe sopesar muchas veces los avatares que la vida le dejó. Tiene que ser padre y madre, para entender nuestros desaciertos. Muchas veces sola debe luchar por nuestro futuro, sin importar lo que digan los demás con tal de ver nuestra realización. Casi siempre adopta el papel de un mago para hacer aparecer los alimentos en la mesa, así por dentro se esté muriendo de la impotencia por los serios problemas económicos que se atraviesa.

Desde joven se dedicó a los hijos, ahora que está anciana lo sigue haciendo y nos descansará hasta vernos felices.

Por ello, hoy en Tu espacio queremos rendir nuestro homenaje al ser más sublime del universo, la madre y darle nuestra gratitud eterna por el gran amor que siempre nos demuestra.

Fuente: LA PATRIA