Domingo 30 de abril de 2023
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??En algún lugar de un libro, hay una frase esperándonos para darle un sentido a la existencia? (Miguel de Cervantes Saavedra)
Rememoro con el espíritu inefable, cuando allá por los años 1990, habíamos planificado y emprendido que la lectura no tiene fórmulas, sencillamente es conquistar a los ojos, el placer de tener un libro, una revista, un escrito y deleitarse por leer, saber más y, que la imaginación sea el prisma para correr por las líneas que pulsan tinta negra, la memoria retenga las páginas leídas, el corazón tenga gozo de haber aprendido más palabras, más narraciones, retener el imaginario viaje, y los sueños compartidos.
En esos afanes de llegar a niños ignotos, nos asomamos a 4 establecimientos escolares a fin de describir eventualmente el material que ofrecíamos, era la Revista mensual del niño ??Chasqui?, fundado en 1993 y editado hasta 1987 por el Centro Portales de Cochabamba.
El tiraje era de 9.000 ejemplares. La comunicación de los niños con la Revista Chaski, había ahondado interés en los adultos, porque eran lecciones escritas y descritas a través de la ilustración, motivando declarar a través del Ministerio de Educación la Resolución Ministerial No. 1644, que señalaba, se resuelve: ??Apruébase la Revista mensual del niño ??ChaskiI? para su utilización dentro de los planes y programas escolares, declarándola texto oficial para su aplicación a partir de 1987, en los Ciclos Básico e Intermedio del Sistema Educativo Boliviano?.
Se imprimía en Editorial Infantil Boliviana Luciérnaga. Posteriormente, unos cuantos números imprimió Imprenta Don Bosco, colaborando en la redacción Manuel Vargas.
Estas aventuras que ofrecíamos sin duda, eran del agrado de los niños, padres de familia y maestros. No pasaban las 28 páginas e incluía la famosa ??yapa? que significaban unas cuantas hojas sueltas más, donde los niños esperaban ansiosos las aventuras de ??Los Rebeldes?, identificándose con sus aventuras. Eran 12 ejemplares al año, en ocasiones solía publicarse dos meses en un ejemplar. Llegaba a Oruro hasta la primera semana de mes, algunos niños ya estaban recordando y preguntando a través de sus progenitores, el arribo de la revista Infantil.
El trabajo quijotesco desde su creación, los dulces episodios de lectura que se entregaba a los infantes, motivaron obtener dos Premios que sin duda eran evocados por la experiencia, la Revista se había convertido en lámpara de aportes y participación a través del ??Buzón del Chasqui?, donde dejaban sus cartas y artículos los pequeños acompañados de sus padres.
1990 ??Gran Orden Boliviana de la Educación en el Grado de Comendador?, 1993 Premio de UNEP ??United Nacions Environment Program? de ??The Global 500 Roll oh Honour?.(1)
Han pasado tantas vicisitudes, odiseas, que, hoy retrocediendo en el tiempo, fue un placer haber contribuido para un sinfín de niños, hoy mayores, magnánimos, conservan algunos ejemplares de esta valiosa publicación, en la que trabajaron profesionales desde el ilustrador como fue el insustituible Jesús Pérez, las conocidas y reconocidas escritoras: Rosalba Guzmán y su hermana Melita.
Dicho sea, entre paréntesis, hacen días atrás, un adulto sin vacilar, preguntó si aún había a la venta ??El Chasqui?, para fortuna del interesado existían algunos números.
Hizo reverencia e hizo referencia, anhelaba que su hijo, leyera, lo que él, siendo pequeño, disfrutó toda la época de estudiante, con estas ediciones, vivencias de nuestra realidad.
