Cuando es a la fuerza nada queda bien

En los días recientes, luego del anuncio de la empresa cinematográfica Disney de su nueva película La Sirenita, inclusiva, le llovieron las críticas porque el personaje de carne y hueso no se ajustaba al de los dibujos animados qué salió con anterioridad.

Por lo general la casa Disney suele mantener, con la mayor fidelidad posible a sus personajes, es decir, buscan actores que repliquen a los dibujos lo más exacto posible, y los presentan en sus desfiles realizados en los diferentes parques temáticos de su propiedad. O viceversa, utilizan un modelo humano y lo replican en dibujo, aunque, de todos modos luego buscan a un actor o actriz que caracterice al dibujo lo mejor posible.

Disney en su buena intención quiso ser más inclusivo, comenzó dándole, a las protagonistas femeninas, roles más activos, después se decidió ser inclusivos en sus series y finalmente terminaron siéndolo en sus películas, pero el resultado se vio forzado, porque alguien del público llegó a comentar que es tan raro como ver a Will Smith interpretando a Adolf Hitler, quien buscaba la raza aria perfecta y pura, por eso supuestamente exterminaba a los judíos.

Y es que quienes antes eran minorías discriminadas, ahora se llaman colectivos y quieren imponer su ideología inclusiva a la fuerza, comenzando por el lenguaje y terminando en el afán de adoctrinar a los niños en la escuela para que perciban su modo de pensar como lo normal, ya que antes no se aceptaba por ser raro.

Pero los gobiernos y quienes apoyan a esos colectivos no registran que es una impostura, igual que lo fue quizás para esas personas una manera distinta de pensar.

El problema radica en que se pretende ser inclusivo sólo en determinadas áreas y excluyen a quienes piensan diferente, por ejemplo, atacan a la iglesia católica, evangélica, tildándolos de retrógrados y otros calificativos, excluyendo a quienes creen en esas figuras religiosas.

Se vio algo de eso en el desfile contra la violencia del Día de la Mujer, en marzo pasado, las manifestantes agredieron a mujeres, hombres y no respetaron la presencia de niños, por eso decimos que a la fuerza nada queda bien, si se quiere respeto, eso es lo que se debe dar, si se reclama inclusión no se debe excluir y si no se quiere ser discriminado, tampoco se debería discriminar.

A cada quien le llega lo que le tiene que llegar, cada quien tiene lo que desea tener y vive la vida que quiere vivir, cada quien es dueño de su propio destino, y lo que no se acomoda ni aunque se fuerce.