Discurso transparente para tranquilizar al país

Desde hace días, el país vive un momento delicado en el tema económico, situación que, sin necesidad de ser un entendido en la materia, se lo puede percibir, entre ellos, la subida de algunos productos de la canasta familiar, tal el caso del huevo o de la carne que, según los detallistas, se prioriza la exportación antes que el abastecimiento del mercado interno, en el último caso.

Por otro lado, la falta de dólares no solo en la banca, sino también en el mercado negro, origina incertidumbre y susceptibilidad de lo que está pasando en el país, económicamente. Los datos que dejó de publicar desde febrero el Banco Central de Bolivia acerca de las Reservas Internacionales Netas, son otro factor de preocupación porque a ciencia cierta los bolivianos no sabemos cómo estamos realmente, lo que genera incomodidad. Todo ello, ocasiona a pensar que estamos mal en la economía, pero tampoco hay respuestas concretas y contundentes al respecto.

Otro factor, cuya repercusión fue casi inmediata es la guerra que Rusia le declaró a Ucrania y lleva más de un año sin resolverse, aspecto influyente de manera negativa en la economía mundial.

Si bien Bolivia tuvo una situación económica estable, según el mismo Presidente Arce tuvo una inflación baja, la más baja de la región con 3.1%, ahora la situación es delicada. La proyección de crecimiento del Producto Interno Bruto del país, según el Banco Mundial, será del 2,7% para este año y para el próximo 2.1%; aunque el Fondo Monetario Internacional tiene otro dato y estima un crecimiento del 1.8% para este año.

El Presidente Arce, dijo que son estimaciones que no le preocupan, porque demostrarán que Bolivia crecerá más de las proyecciones afirmadas con el tenor: �??Vamos a decepcionar de nuevo a los organismos internacionales�?�.

En contrapartida, hace un par de días, durante un acto, el vicepresidente David Choquehuanca afirmó: �??Nos hemos quedado sin plata hermanos, nos estamos prestando�?�.

Aquellas palabras dejaron mayor preocupación en los bolivianos, son muchos que viven del día a día y pensar en una devaluación, pues, acrecentaría la pobreza y la desigualdad.

La dura crisis económica se ve también en las calles y quizá es donde más se palpa, indigentes pidiendo limosnas, madres con sus pequeños hijos que venden dulces o gelatina embolsada hasta altas horas de la noche, es una muestra de que no hemos mejorado.

Para el analista de la Universidad Privada de Bolivia, Carlos Gustavo Machicado el comercio informal en el país es gigantesco, no por algo más de dos tercios de la población en Bolivia, se dedica a esta actividad.

A ese tema se suma la presión de la Central Obrera Boliviana, cuya demanda es un incremento salarial del diez por ciento, demasiado alto en este momento, aunque consideramos es solo un parámetro para negociar. En respuesta, el ministro de Economía y Finanzas, Marcelo Montenegro señaló un incremento del 1.5% al haber básico y 3% al salario mínimo nacional, aspecto rechazado hace unas horas por los representantes labores afines al partido en función de Gobierno.

A esta situación, está la baja del gas, la falta de proyectos para la explotación del litio, no hay prospección minera, una ley del oro que quedó en medio debate, entre otros elementos más que hacen muy complicado el panorama económico para el país.

Por eso, los bolivianos pedimos al Gobierno, pero principalmente al Presidente Luis Arce, hable de manera sincera.

Sí bien en este momento, las pugnas políticas están polarizadas, es menester el concurso de todos para salir de esta crisis, la unidad será fundamental.

Necesaria también será la participación de instituciones vitales para el país, como las universidades, cuyo rol se perdió con el paso de los años, proponer una salida a esta crisis, pero con transparencia, con datos reales, se puede subsanar cualquier situación, se necesita también voluntad política.

Augúrenos porque este momento sea temporal, como afirmó el mandatario Arce y Bolivia no vuelva a vivir episodios traumáticos como el 82.