Añoradas excursiones

Los tiempos cambian y los valores también se pierden por muchos factores, decadencia de la educación, la tecnología que se volvió invasiva, demasiadas leyes �??sobreproteccionistas�?�, dejando en el desamparo a padres de familia y profesores, que perdieron autoridad hacia sus hijos y educandos, respectivamente, entre otras situaciones.

Lo que es cierto, es que antiguamente la educación era estricta, con valores tan sólidos que el maestro no necesita gritar para impartir disciplina en los estudiantes, con solo mirar a los infractores, se imponía autoridad.

Por ello, es que generaciones y generaciones del siglo pasado tuvieron una formación distinta a la actual, hecho que se reflejaba también en el comportamiento de los alumnos cuando asistían a actividades transversales a las establecidas

cotidianamente.

Nos referimos a las excursiones, que no eran más que un día de campo del establecimiento educativo, para tener contacto directo con la naturaleza, practicar juegos que, en su momento, eran la diversión de los niños y adolescentes, desde la búsqueda de un tesoro hasta deportes en campo abierto.

Realmente era una experiencia única, para demostrar valentía, compañerismo, solidaridad, compartir entre los estudiantes de un mismo curso. No solo se disfrutaban de los juegos, sino también de la comida que llevaban, obviamente era diversa, pero al momento del almuerzo, se intercambiaban los platillos improvisados para degustar.

Cánticos, risas, alegrías y desbordante algarabía se demostraba al volver y los estudiantes llegaban a sus colegios como si hubiesen retornado de la guerra, sucios, quemados por el sol, cansados, pero contentos luego de disfrutar de una jornada sin precedentes y cuyos recuerdos para quienes vivieron aquella etapa, aún está presente en la mente.

Pasó el tiempo y prácticamente, esa visión de excursión cambió en demasía, no generalizamos, pero ahora, ese espíritu sano que primaba en la actualidad, se ve empañada por otras actividades no autorizadas e incluso manchadas por el consumo de alcohol, violencia, daño al medio ambiente, que desluce los verdaderos objetivos de la excursión.

Hace poco se vivió un hecho bochornoso, cuando un grupo de estudiantes universitarios de la Facultad de Derecho, protagonizó un conflicto que derivó del consumo excesivo de alcohol, violencia extrema y también se dejó un basural la zona de Cala-Cala, hecho cuestionado por la ciudadanía, que reaccionó tras la publicación de videos en las redes sociales.

Lo rescatable, es la inmediata acción de los dirigentes de la Federación Universitaria Local (FUL), quiénes asumirán acciones en contra de los representantes de esta facultad, al margen de efectuar una campaña de limpieza del lugar visitado.

Además, la Decanatura de Derecho también se encargará de hacer la investigación pertinente para sancionar a los infractores de tal actividad.

Nadie está en contra de que puedan divertirse al aire libre, en una excursión programada, sin embargo, se lo debe hacer con mesura, responsabilidad, pero sobre todo mostrando un buen comportamiento, como ocurría en otrora.

Sin embargo, será importante normar este tipo de actividades, no solo de los colegios, cuyos exalumnos también originan caos y desorden; sino también las excursiones universitarias, que, a falta de control de personas serias, pues se lleguen sencillamente a empañar un día, que podría hacer sido sano e inolvidable.