La decepción amorosa

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Uno de los episodios que puede marcar la vida de los adolescentes, es la decepción amorosa, pero la experiencia enseña, que se debe tomar esta situación con mucha madurez.

El enamorarse provoca ciertos cambios de actitud, más cuando se es adolescente, porque se sale de la zona donde estaba, a veces es más marcada que en otras.

Los jóvenes llegan a perder la cabeza por un amor, no es malo, pero deben hacerlo con la debida precaución, porque podrían enfrentarse a aspectos, que, dejarán huella a su existencia hacia el futuro.

El enamorarse de una persona, implica muchos aspectos, conocerse, compartir, discutir, expresar celos, cariño, entre muchas más características de esta etapa.

Cuando la persona se enamora por primera vez, cree que su pareja será la única y la última para toda la vida. No negaremos que hay excepciones, en la que, principalmente en el siglo pasado, se formaron parejas estableces desde jóvenes hasta la vejez.

El enamorar, es un compromiso de lealtad no solo con la otra persona, sino consigo mismo, porque de por medio están los sentimientos, y el propósito principal, es conocerse, aprender a entender el mundo de pareja, el apoyo mutuo, la motivación para salir adelante.

Pero, cuando esa ilusión se rompe de un día para otro, el o la adolescente, llega a tener un trauma amoroso. Hubo muchos casos, principalmente, en varones, que incluso sacrificaron su vida por un amor incomprendido o por una obsesión desmedida.

Para evitar este tipo de hechos negativos, es importante que los padres de familia, interactúen con sus hijos, para hacerles comprender que el enamorar, es parte de la vida y de la experiencia de cualquier ser humano. El amor llega sin presentarse, puede ser a primera vista o de la amistad se pasa a ese tipo de relación.

Los adolescentes deben ser conscientes que no pueden frustrar su vida, ya que el enamorar de manera intensa, podría derrumbar sus planes de estudio, viajes o un desarrollo normal, en función a la edad.

El tener familia a temprana edad, solo ocasionará un golpe duro, porque debido a la inexperiencia, el adolescente se verá obligado a tener momentos difíciles, más si se es mujer, porque no solo debe enfrentar a sus padres, sino a una sociedad, que de forma constante cuestiona de manera errónea a la joven madre. De por medio está lo anímico y principalmente, lo económico.

Enamorar no es malo, se lo debe hacer con mucho temple; el tener una decepción, tampoco es malo, porque se aprende, se sufre, pero se aprende y ello, permite madurar para futuras relaciones amorosas.

Licenciada en Enfermería �?? Salud del adolescente