Salvemos a esos árboles centenarios, ya que, en Oruro, cuesta mucho que estos seres vivos puedan crecer con facilidad y den vida, no solo con su color, sino también con la verdadera función para lo cual fueron creados, como es purificar el aire que respiramos.
Oruro siempre se caracterizó por tener un clima frío, sin embargo, aquel hecho no fue óbice para que se puedan plantar árboles en la ciudad, disfrutar de la vegetación, no solo de estos seres vivos, sino también de una variedad de flores, que de por sí, alegran la vista.
De acuerdo a los datos históricos que logramos recoger, los primeros árboles de la Plaza 10 de Febrero, fueron plantados en la primera década del siglo XX, de esa manera, se rompió el mito que en la Alta Tierra de los Urus, no era posible tener a esos seres vivos, es más, ahora los observamos, con mucha alegría e incluso hay especies, como las palmeras, que aunque parezca raro decirlo, se adaptó a vivir entre nosotros, pese a que su origen es tropical.
A propósito, con el armado de las luces de la Navidad del pasado año, uno de esos ejemplares fue dañado, en el sector de la fuente de la Plaza principal.
Pero, no son las únicas palmeras de la ciudad, hay otras más que están en algunas viviendas de la calle Murguía entre Washington y Camacho, que también muestran que su adaptación es posible a 3.706 metros sobre el nivel del mar.
A dónde queremos llegar con esta remembranza, que hace algo más de 100 años, también se comenzaron a plantar árboles en distintos lugares de la ciudad, uno de ellos, al interior de lo que era la Prefectura, allí estaban cuatro árboles centenarios, que durante la gestión del entonces prefecto Luis Alberto Aguilar, se decidió dar de baja, para construir una cúpula al estilo de la Chakana Andina.
Lamentablemente, y pese al compromiso de entonces, esos árboles jamás fueron repuestos. Lo mismo ocurrió con las kiswaras que estaban a lo largo de la avenida 24 de junio, de la misma manera que en el caso anterior, se señaló que, para hacer la doble vía, se darían de baja a esas especies y se las repondría en un número mayor, sin embargo, hasta la fecha, aquella situación quedó en la nada y nunca más fueron reemplazadas.
Ahora, existe la posibilidad de que los árboles que están en el sector del Hospital General ??San Juan de Dios?, sean talados; especies centenarias que fueron testigos mudos de la historia de ese nosocomio.
Hace una semana aproximadamente, la empresa a cargo del proyecto de construcción del nuevo hospital, denominada OMS, realizó la socialización de esta obra y brindó las alternativas de qué hacer con los árboles, una de ellas, es lo que anticipamos, dar de baja y la otra es emplear recursos de ingeniería para aumentar un piso más para satisfacer la necesidad de más ambientes.
También se dijo que, si se los talaría, se podría reemplazar con otras especies.
Hace un instante, dimos un par de ejemplos con las promesas que hicieron las autoridades para este tipo de situaciones y consideramos que, de muestra solo basta un botón.
Otro detalle que llama la atención, es la pasividad de las autoridades, porque no tienen una postura concreta al respecto o de una vez por todas, coordinen con la empresa constructora, para que esos árboles se preserven y continúen alimentando de oxígeno a aquel sector.
El ingenio de los profesionales podría ayudar a salvar a los árboles, pero también a proporcionar los espacios necesarios en la nueva construcción, si bien demandará un poco más de tiempo, pero quizá esperar un poco más no sería en perjuicio de uno o de otro sector.
En síntesis, salvemos a esos árboles centenarios, ya que, en Oruro, cuesta mucho que estos seres vivos puedan crecer con facilidad y den vida, no solo con su color, sino también con la verdadera función para lo cual fueron creados, como es purificar el aire que respiramos.
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.