Que nos sirva de experiencia

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Ha pasado un tiempo precioso como el brillo del metal dorado, cuyo valor en los mercados externos ha permitido colocarlo en el nivel de reserva de economías muy sólidas y se mantiene en depósitos de las bóvedas de importantes bancos del exterior y, también, en el ente emisor boliviano.

Mencionamos este caso al comenzar este enfoque en función a que por lo menos algo se ha rescatado de ese tiempo que lo denominamos precioso por la vigencia de precios excepcionalmente buenos que, además del oro, facilitaron la extracción de otros minerales como el estaño, la plata, el zinc, cobre y otros que dieron satisfacciones a los productores tanto privados como estatales y también a los cooperativistas.

Todos los meses anteriores en la gestión del ministro José Pimentel, ahora director en la Comibol, se insistió permanentemente en la necesidad de crear un “fondo de previsión financiera” para ahorrar algunos recursos generados por los propios mineros y que bien utilizados pudiesen servir en los periodos de las “vacas flacas”, lo que justamente no se hizo, por tanto cada vez que hay un descenso en precios, “tiemblan los ejecutivos poco previsores” que no aprovecharon el paso de las “vacas felices” produciendo ahora más lamentaciones que nunca, considerando que es imposible recuperar ese precio tiempo, irreemplazable por lo menos en el actual ciclo.

Frente a la improvisación, la falta de políticas coherentes en materia de minería y metalurgia, la demora en implementar seriamente el complejo de Karachipampa, que sigue gastando sin producir y la situación cada vez más compleja para hacer realidad la siderúrgica del Mutún, el panorama realmente es deprimente y del mismo tienen que haber responsables o mejor culpables.

Ante a esa situación, sin vuelta de hoja, hay una corriente de empresarios mineros progresistas que están en los subsectores de la minería privada y pueden contagiar su ímpetu a los mineros asalariados y a los cooperativistas, cerrando el capítulo pasado y abriendo una nueva página, que permita revitalizar la minería nacional en base a renovadas reglas de juego, que se presume estarán en la nueva ley minera, lo que abriría ciertas seguridades para tentar inversiones y garantizar los nuevos emprendimientos que se perfilan en el país y que pueden avanzar si se otorgan las condiciones propicias de seguridad jurídica, de garantías plenas y de incentivos para implementar megaproyectos en base al potencial de yacimientos que para los especialistas pueden estar catalogados como los más importantes del mundo.

Ya no debemos seguir “llorando sobre la leche derramada”, lo que corresponde ahora es mirar hacia el horizonte, pero con una perspectiva de seguridad y mucha voluntad, inclusive política, para encarar el desarrollo de todos los proyectos de la minería nacional. Todo dependerá de la esperada ley minera.

Fuente: LA PATRIA