Las palomas se convirtieron en plaga y sus excrementos en materia corrosiva

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Quizás la Plaza 10 de Febrero no sea el único lugar en el mundo donde se reúnan cientos y cientos de palomas que esperan el cariño de la ciudadanía para subsistir, sino que con el tiempo se convirtieron en animales perjudiciales, en una plaga y su excremento es una materia altamente corrosiva que afecta a los edificios públicos, privados y monumentos.

Las palomas son seres vivos que en tiempos antiguos fueron empleadas como un modo de comunicación, lo más interesante es que este animal siempre volverá al nido donde nació, si es que antes no pierde la vida por algún accidente, en nuestro medio si no es atropellada por algún vehículo.

Sin embargo, el avance de la tecnología ha hecho que esta especie deje de ser utilizada como un medio de comunicación y por el contrario se convierta en una plaga, ya que su reproducción es constante.

Pero, hay un detalle que llama la atención, porque las palomas son portadoras de otros animalitos, entre ellos, las garrapatas, chinches, piojos, vinchucas, pulgas y otros, que podrían afectar de cierta manera al ser humano.

Es impresionante cómo las palomas se adaptaron a la ciudad donde vivimos que ahora ya no es extraño verlas, no solo en la Plaza 10 de Febrero, sino también en varias calles de la ciudad y a cualquier hora. Antes desaparecían de la plaza a las 17:00 horas aproximadamente, pero ahora las podemos observar volando hasta en las noches.

También se adaptaron a los ruidos de la ciudad, ya que antes al mínimo ruido como una explosión de petardo o dinamita de los manifestantes, rápidamente desaparecían de la plaza, pero ahora, esos ruidos no les afectan y se quedan con tranquilidad en su sitio favorito para esperar que los ciudadanos las alimenten.

Las palomas pueden originar varias enfermedades, entre las más conocidas la “histoplasmosis pulmonar”, la “criptococosis”, “salmonelosis” y la “psitacosis” que causan fatiga, fiebre y dolor de cabeza, y se trata con antibióticos comunes; todas ellas se trasmiten por contacto directo, o al secarse las heces y ser transportadas por el aire, la gente llega a inhalar un polvo microscópico que es suficiente para provocar trastornos y producir el contagio.

En relación a sus excrementos que son depositados donde sea, dañan las estructuras de los edificios y también de los monumentos, por tener compuestos orgánicos en sus desechos que son corrosivos y destructores.

Fuente: LA PATRIA