Jueves 24 de mayo de 2012
ver hoy
Crecimos en la cotidianidad de abrir la llave de un grifo y ver salir el agua. Ese sonido del agua cayendo se nos hizo familiar, a tal punto que por segundos casi hipnotiza al escucharlo. De pequeño, me impresionaba la fuerza del chorro cuando abría por completo esa "mágica llave". A veces llegaba de jugar y tomaba agua del grifo hasta casi reventar, solo así calmaba mi sed. No me acuerdo que alguna vez llegara a faltar. Para mí se asemejaba al aire, era normal que siempre estuviera.
Me hice adulto y pareciera que al crecer también cambió la realidad para el acceso al agua. Ahora no está todos los días, cuando llega, viene de color marrón oscuro y hay que esperar que se aclare. Impensable, por más sed que tenga, pueda beberla directamente del chorro. Pero aun así, se que sigo siendo un gran afortunado porque del grifo de mi casa todavía, así sea de manera irregular, sale agua.
En el mundo solo alrededor de mil millones, de los 7 mil millones de personas que lo habitan, disponen del privilegio de tener agua en el grifo de su casa. Es decir, de cada 7 personas, una es usuaria de esa facilidad.